buenos jueces
Jorge F. Malem Seña
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¿PUEDEN LAS MALAS PERSONAS
SER BUENOS JUECES?
Jorge F. Malem Seña
Universitat Pompeu Fabra, Barcelona
S
egún la ajustada apreciación de Herbert Hart, un sistema jurídico moderno se caracterizaría, entre otras cosas, por la existencia
de un cierto tipo de reglas cuyo fin es establecer qué órganos y
mediante quéprocedimientos se debe determinar si una persona
ha violado una norma de ese sistema y, en su caso, cuál es la sanción que cupiere1. Y si denominamos juez a quien cumple la función de dichos órganos resultará que los jueces son una parte necesaria de todo sistema jurídico moderno.
Ahora bien, quién desempeña el cargo de juez, con qué atribuciones lo
hace y bajo qué circunstancias ejerce la potestadjurisdiccional depende de
consideraciones jurídico-políticas. En ocasiones ha ejercido esa potestad
por delegación del soberano legal, el monarca, que incluso solía reservarse
para sí el conocimiento y la resolución de determinados casos como así
también la de ser la instancia última o definitiva en la cadena de apelaciones. En otras ocasiones, en cambio, los jueces aparecen formando un «poder»,independiente del resto de poderes del Estado, que reclama exclusividad para juzgar y hacer ejecutar lo juzgado en todos los conflictos sociales.
Por otra parte, la propia labor jurisdiccional y las razones que los jueces
habrían de invocar en favor de sus decisiones han dependido también de circunstancias históricas y de los respectivos sistemas jurídico-políticos en los
cuales desarrollan suactividad. Así, por ejemplo, en España, era una práctica habitual en el derecho castellano que los jueces no fundaran sus sentencias hasta bien entrado el siglo XIX; mientras que en la actualidad, por
el contrario, constituye una exigencia legal no cuestionada que los jueces
han de fundamentar todas las decisiones que toman so pena de verlas revocadas por una instancia superior2.
1
Cf. H. H.Hart, El concepto de derecho. Versión castellana: Genaro Carrió. Buenos Aires: Abeledo Perrot, 1963, especialmente cap. V
2 Por ejemplo, el artículo 120.3 de la Constitución Española establece que: «Las sentencias serán siempre motivadas y se pronunciarán en audiencia pública». En concordancia con
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Pero, curiosamente, a despechode la época histórica que se analice y del
origen o fundamento de su actividad o de su obligación o no de dar razones
que avalen sus decisiones, a los jueces siempre se les ha supuesto dotados
de una personalidad moral especial y se les ha exigido ciertos comportamientos morales en su vida privada que no condicen con iguales requisitos
o exigencias propias de otras prácticas jurídicas o enotras profesiones, incluso de las llamadas humanistas. Es como si la virtuosa vida privada que
los jueces deberían llevar desde un punto de vista moral fuera una condición
necesaria para que desarrollara correctamente, desde un punto de vista técnico, su propia función jurisdiccional.
En palabras de Piero Calamandrei, «tan elevada es en nuestra estimación
la misión del juez y tan necesaria laconfianza en él, que las debilidades humanas que no se notan o se perdonan en cualquier otro orden de funcionarios públicos, parecen inconcebibles en un magistrado ... Los jueces son como los que pertenecen a una orden religiosa. Cada uno de ellos tiene que ser
un ejemplo de virtud, si no quieren que los creyentes pierdan la fe»3.
Por esa razón, no es de extrañar que popularmente, en los corrillosjudiciales, su suela decir que para ser un buen juez es necesario ser una buena
persona y, si sabe derecho, tanto mejor4.
En este trabajo me propongo presentar dos modelos de jueces y de ejercicio de la potestad jurisdiccional, prestando especial atención a la obligación que tienen o no de fundar sus decisiones en derecho. Al hacerlo no ten-
ello, véase el artículo 248 de la Ley Orgánica...
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