Caso
La inmortalidad del alma en el "Fedón"
El "Fedón" relata la conversación que mantuvo Sócrates en la prisión con sus amigos, el día de su muerte, sobre la inmortalidad del alma y el significado de la filosofía y la vida del filósofo. Dos de los argumentos utilizados para demostrar la inmortalidad del alma, el de la reminiscencia y el de la simplicidad, se basan en la teoríade las Ideas. Los otros dos, el de los contrarios y el del principio vital, en creencias propias de la época.
* 1) La prueba de los contrarios(71c-73a)
* 2) La prueba de la reminiscencia (73a-78b)
* 3) La prueba de la simplicidad (78d-81e)
* 4) La prueba del principio vital (104e- 105d)
2) Prueba de la reminiscencia (Fedón, 73a-78b)
— También me parece a mí, Cebes, que nada sepuede objetar a estas verdades, y que no nos hemos engañado cuando las hemos admitido; porque es indudable, que hay un regreso a la vida; que los vivos nacen de los muertos; que las almas de los muertos existen; que las almas buenas libran bien, y que las almas malas libran mal.
Cebes, interrumpiendo a Sócrates, le dijo: lo que dices es un resultado necesario de otro principio que te he oído muchasveces sentar como cierto, a saber: que nuestra ciencia no es más que una reminiscencia. Si este principio es verdadero, es de toda necesidad que hayamos aprendido en otro tiempo las cosas de que nos acordamos en este; y esto es imposible, si nuestra alma no existe antes de aparecer bajo esta forma humana. Esta es una nueva prueba de que nuestra alma es inmortal.
Simmias, interrumpiendo a Cebes,le dijo: ¿cómo se puede demostrar este principio? Recuérdamelo, porque en este momento no caigo en ello.
— Hay una demostración muy preciosa, respondió Cebes, y es que todos los hombres, si se les interroga bien, todo lo encuentran sin salir de sí mismos, cosa que no podría suceder, si en sí mismos no tuvieran las luces de la recta razón. En prueba de ello, no hay más que ponerles delante figurasde geometría u otras cosas de la misma naturaleza, y se ve patentemente esta verdad.
— Si no te das por convencido con esta experiencia, Simmias, replicó Sócrates, mira si por este otro camino asientes a nuestro parecer. ¿Tienes dificultad en creer que aprender no es más que acordarse?
— No mucha, respondió Simmias; pero lo que precisamente quiero es llegar al fondo de ese recuerdo de quehablamos; y aunque gracias a lo que ha dicho Cebes, hago alguna memoria y comienzo a creer, no me impide esto el escuchar con gusto las pruebas que tú quieres darnos.
— Helas aquí, replicó Sócrates. Estamos conformes todos en que, para acordarse, es preciso haber sabido antes la cosa de que uno se acuerda.
— Seguramente.
— ¿Convenimos igualmente en que cuando la ciencia se produce de cierto modo esuna reminiscencia? Al decir de cierto modo, quiero dar a entender, por ejemplo, como cuando un hombre, viendo u oyendo alguna cosa, o percibiéndola por cualquiera otro de sus sentidos, no conoce sólo esta cosa percibida, sino, que al mismo tiempo piensa en otra, que no depende de la misma manera de conocer sino de otra. ¿No diremos con razón que este hombre recuerda la cosa que le ha venido alespíritu?
— ¿Qué dices?
— Digo, por ejemplo, que uno es el conocimiento del hombre y otro el conocimiento de una lira.
— Seguramente.
— Pues bien; continuó Sócrates: ¿no sabes lo que sucede a los amantes, cuando ven una lira, un traje o cualquiera otra cosa, de que el objeto de su amor tiene costumbre de servirse? Al reconocer esta lira, viene a su pensamiento la imagen de aquel a quien hapertenecido. He aquí lo que se llama reminiscencia; frecuentemente al ver a Simmias, recordamos a Cebes. Podría citarte un millón de ejemplos.
— Hasta el infinito, dijo Simmias.
— He aquí lo que es la reminiscencia; sobre todo, cuando se llega a recordar cosas, que se habían olvidado por el trascurso del tiempo, o por haberlas perdido de vista.
— Es muy cierto, dijo Simmias.
— Pero, replicó...
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