Ciencia
"saber"; etimológicamente, 'ciencia' equivale, pues, a 'el saber'. Sin embargo, no es recomendable atenerse a esta equivalencia. Hay saberes que no pertenecen a la ciencia; por ejemplo, el saber que a veces se califica de común, ordinario o vulgar. Se saben, en efecto, muchas cosas que nadie osaría presentar como si fuesenenunciados científicos. Saber, por ejemplo, que el Ministro de Obras Públicas de Islandia ha sido operado de la próstata, es saber algo. Pero la proposición 'El Ministro de Obras Públicas de Islandia ha sido operado de la próstata' no es una proposición científica. A menos que tomemos el término 'ciencia' en un sentido muy amplio, no podemos, pues, hacerlo sinónimo de 'saber'. El propio Platón,que distinguía rigurosamente entre el saber, , y la opinión, advertía que ésta no es simple no saber; es algo situado entre la perfecta ciencia y la absParece, pues, necesario precisar
qué tipo de saber es el científico. Varias respuestas se nos ocurren. Por
ejemplo: que es un saber culto o desinteresado, que es un saber teórico,
susceptible de aplicación práctica y técnica, que es un saberriguroso y
metódico, etc., etc. Todas estas respuestas nos proporcionan alguna información sobre el tipo especial del saber científico. Pero no son suficientes.
Tienen, además, un inconveniente, en nuestro caso importante: el de que
no permiten distinguir entre la ciencia y la filosofía. Durante muchos siglos
esta falta de diferenciación no ha parecido cosa grave: todavía es arduo
separar lopropiamente científico (sea cual fuere su valor actual) de lo
propiamente filosófico en la Física de Aristóteles, pero ello no nos dificulta más de lo que es razonable la comprensión de sus proposiciones; en cierto modo, nos ayuda a comprender el carácter peculiar del pensamiento aristotélico sobre la
Naturaleza. Pero a medida que se fueron organizando las llamadas ciencias
particulares y sefue haciendo más intenso lo que se ha calificado de movimiento, de autonomía primero, y de independencia luego, de las ciencias, la distinción en cuestión se hizo cada vez más importante y urgente: no poder trazar una línea divisoria entre la contribución científica y la contribución filosófica de Descartes
o de Leibniz obstaculiza grandemente, en efecto, la comprensión de tales contribuciones.Es preciso, pues, poner en claro en qué consiste el saber científico y cuáles son las principales diferencias existentes entre este saber y el filosófico.
La cuestión de la naturaleza del saber científico sólo puede ser tratada aquí muy someramente. Nos limitamos a indicar que la ciencia es un modo de conocimiento que aspira a formular mediante lenguajes rigurosos y apropiados —en lo posible,con auxilio del lenguaje matemático— leyes por medio de las cuales se rigen los fenómenos Estas leyes son de diversos órdenes (véase LEY). Todas tienen, empero, varios elementos en común: ser capaces de describir series de fenómenos; ser comprobables por medio de la observación de los hechos y de la experimentación; ser capaces de predecir —ya sea mediante predicción completa,
ya mediantepredicción estadística— acontecimientos futuros. La comprobación y la predicción no se efectúan siempre, por lo demás, de la misma manera, no sólo en cada una de las ciencias, sino también en diversas esferas de la misma ciencia. En gran parte dependen del nivel de las correspondientes teorías. En
general, puede decirse que una teoría (VÉASE) científica más comprensiva
obedece más fácilmente arequerimientos de naturaleza interna a la estructura de la propia teoría —simplicidad armonía, coherencia, etc.— que una teoría menos comprensiva. Las teorías de teorías (como, por ejemplo, la teoría de la relatividad) parecen por ello más "alejadas" de los hechos o, mejor dicho, menos ne- cesitadas de un grupo relativamente considerable de hechos para ser confirmadas; ello se debe a que trazan marcos...
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