clase de micro
09.09.2013
JUAN DUBRA
Economía y análisis de
información
En esta nota analizaré dos aplicaciones poco tradicionales de la economía a
temas que suele tratar la psicología.
Un técnico quejoso en exceso. Foto: EFE
Mourinho.
José Mourinho me gusta como técnico, pero es insoportable en sus
declaraciones. Cada vez que pierde un partido, se queja de algo, y más de una
vez ha dichoque merecía ganar un partido que perdió. La última de éstas fue el
30 de agosto cuando el Chelsea (su cuadro) perdió contra el Bayern Munich
(de Josep Guardiola) en penales por la final de la Supercopa (la BBC tituló, en
inglés, "José Mourinho: Chelsea mereció ganarle al Bayern Munich").
No es raro que un futbolista, técnico de fútbol o comentarista deportivo diga
que un cuadro que perdiómereció ganar. Sin embargo, nunca escuché, por
ejemplo, a un tenista o analista deportivo hacer esa aseveración sobre un
partido de tenis. ¿Hay alguna diferencia inherente entre las "psicologías" de
ambos tipos de deportistas?, ¿o hay más bien una "razón fundamental" para
que en un deporte esas aseveraciones sean comunes y en el otro no?
Con tres coautores estamos estudiando estas preguntas. Unode ellos es un
especialista en computación, y otro es un psicólogo (el tercero economista).
Para el psicólogo, la pregunta es relevante pues le interesa saber cómo las
personas procesan la derrota y la victoria, y cómo procesan información más
en general. Por ejemplo, hace poco escribí sobre la polarización (otro
fenómeno estudiado por los psicólogos) y cómo la misma información podía
llevara la gente a creer cosas distintas. En este caso, quizás, los tenistas sean
mejores para darse cuenta quién debió ganar, y no hay discusión sobre quién
mereció qué. Tal vez los futbolistas procesen distinto la información y sean
"peores" para hacer inferencias consistentes.
Nuestra hipótesis es que en realidad las diferentes "culturas" en los deportes
(en uno vale decir que tal cuadromereció ganar, en el otro no) son una
consecuencia de las reglas del juego, y no hay ninguna diferencia inherente en
el procesamiento de información entre los deportes.
Para ilustrar nuestra idea de manera sencilla, pensemos que cada cuadro (o
deportista) está caracterizado por un número que llamaremos su "calidad". A lo
largo de un partido los equipos tendrán oportunidad de demostrar su calidad.Para simplificar aún más el "modelo" supongamos que un equipo es una
moneda, y que su calidad es la probabilidad de que al tirarla al aire salga cara
(digamos que la moneda no tiene que ser balanceada: una moneda puede salir
cara en el 70% de las tiradas, si un lado es más pesado que el otro; es como
un dado cargado). Un partido es sencillamente una cierta cantidad de tiradas
de moneda, ygana el que saca más veces cara.
Supongamos por ejemplo, que un partido de fútbol es el equivalente a tirar solo
5 veces la moneda al aire (podemos imaginarnos que cada tirada al aire es una
oportunidad de gol para cada equipo en cada partido). En ese caso, aunque
una moneda tenga una mayor probabilidad de salir cara, es posible que gane el
peor, porque la suerte está involucrada en cuántascaras le salen a cada
moneda.
Para continuar con el ejemplo, si un partido de tenis fuera tirar la moneda al
aire 50 veces (aproximadamente la mínima cantidad de veces que hay que
sacar al tenis en un partido a 3 sets), aunque es posible que salga una mayor
cantidad de caras en la moneda "peor", eso es altamente improbable por la
gran cantidad de tiradas involucradas.
En resumen, en el fútbolaun si un cuadro "es mejor" en un sentido abstracto y
no verificable (como la calidad de la moneda, la probabilidad de que salga
cara), es posible y hasta probable que gane uno que es peor. En tenis, sin
embargo, eso es muy improbable, ya que hay muchas más oportunidades para
"convertir" (para testear la calidad de la moneda). Por lo tanto, en fútbol "tiene
sentido" discutir cuál cuadro...
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