colegio
Por : maria jose martinez montes
Estudiante de décimo semestre de Ingeniería Sanitaria
La primera clase de Matemáticas Operativas. En un auditorio. Con un montón de gente desconocida. Me acuerdo que salí de esa clase, a las diez de la mañana, completamente asustada; había sido dizque un repaso de conceptos básicos sobre los conjuntos numéricos que,obviamente, debíamos saber pues lo habíamos aprendido en el colegio. Obviamente. Obviamente no me acordaba de absolutamente nada de eso. Y cosas similares pasaron en casi todas las materias de ese primer semestre de Ingeniería, donde me acordé de un texto de Daniel Samper, donde habla de la solución de la ecuación de segundo grado y de otras fórmulas: “(…) miles de tardes para aprenderlas, centenaresde horas sufrirlas en exámenes, unos pocos minutos para olvidarlas, ni un solo segundo para aplicarlas a lo largo de la vida, salvo que uno sea ingeniero o tenga aberraciones parecidas”… Así era la cosa: había venido a la U, a estudiar Ingeniería, a perpetuar el sufrimiento padecido durante los años del colegio, que había iniciado el día mismo en que conocí el famosísimo nombre del señor Baldor,quien, en realidad, era una buena persona, comparado con los verdaderos enemigos de la felicidad: Stewart, Leithold, Grossman, Serway, y, cómo no, Finn: la desgracia en dos tomos.
Del colegio lo que más me ha servido ha sido la mecanografía (fueron muchas las horas gastadas en renglones y renglones de asdfgf ñlkjhj en una máquina vieja viejísima marca Brother (¿o era Olivetti?) con las letrastapadas con cinta aislante), una técnica un tanto olvidada ya y reemplazada por una nueva manera de digitación que consiste en solamente utilizar los índices (si se intenta utilizar otro dedo se daña la técnica…). Aunque realmente ahora uno no digita mucho: todo se reduce a la metodología de elaboración de trabajos escritos Google-Search-Abrir vínculo en ventana nueva-Ctrl+C-Ctrl+V, se borran losenter, se ponen algunas palabrillas como por esto, dado que, por tanto, ya que y listo: ahí tiene uno ya por lo menos la introducción y el marco teórico del laboratorio, práctica, informe o trabajo, por encima de todas las leyes del copyright y propiedad intelectual. En cambio, hay otras cosas que han sido del todo inútiles, como la clase de Glamour (lo mejor era que la profesora tenía tan poco queni siquiera decía tenedor sino trinchete), y la inigualable Educación Artística, que para mí fue más bien Hagan Desastres Con Vinilo… Estas infructuosas horas sirvieron para después lamentarme durante todo lo que duró el curso de Dibujo para Ingeniería por no tener ni idea de manejar una regla T. Cuántas planchas en C y menos, cuántos quices perdidos, cuántas horas de desesperación, cuántosufrimiento intentando hacer un ventilador en Solid Edge que, al final, fue mi salvación para pasar la materia. Por lo menos. Bueno, así fui pasando las materias, con sudor y lágrimas, viendo al final del túnel la luz desprendida por un radiante 3,0 en Cálculo III, rogando pasar la (aún) incomprensible Física II y tratando de recuperarme del shock de felicidad en que me vi envuelta al haber terminadotodas las materias básicas. No sabía lo que vendría después.
Cuando uno empieza el bachillerato sufre mucho por culpa de los otros estudiantes, que le juegan bromas, se lo gozan, no lo dejan comprar el algo pues hacen las filas interminables al dejar colar (“encholar”) prácticamente a todo el colegio. No es tan terrible, porque como uno está tan pequeño las cosas se le olvidan rápido, y se pone ajugar y ya. Cuando uno entra a la Universidad, empieza a formar parte de un grupo de personas que tiene comportamientos muy característicos, como son andar en grupos de más de cinco personas para todas partes, hablar durísimo y reírse de las cosas más estúpidas: los primíparos. Lo bueno es que, por lo menos en esta U, no son tan frecuentes las maldades hacia los primíparos: realmente a nadie le...
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