Complejidad De Sistemas - Paradigmas
EL PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD
COMO SALIDA DE LA CRISIS DE LA POSMODERNIDAD*
(Revista Discurso, órgano de la Federación Andaluza de Semiótica, n° 16-17, 2002)
ANTONIO CARO ALMELA
Universidad Complutense de Madrid
1. INTRODUCCIÓN.
El objetivo del presente texto es poner en relación la crisis de la
posmodernidad, tal como ésta se ha manifestado durante las últimas décadas delsiglo
XX como radicalización de la crisis epistémica y de valores que ha atravesado el
conjunto de dicho siglo, con el paradigma científico actualmente emergente que tiende a
ser conocido bajo la denominación de paradigma de la complejidad.
La hipótesis que aquí se sostiene es que dicho paradigma constituye un intento
decidido de poner fin a aquella situación de crisis, a costa de plantear unanueva idea de
la ciencia y de la investigación científica en su conjunto que se encuentra a mil leguas
del ingenuismo y el optimismo positivistas.
2. ¿QUÉ ES LA POSMODERNIDAD?
¿Qué se oculta tras el manido y tantas veces socorrido término ‘posmodernidad’?
Contemplando la cuestión desde la perspectiva que proporciona el recién inaugurado
siglo XXI, cabe postular que la posmodernidad –comose encarga de avisarnos el prefijo
‘pos’- no es, finalmente, otra cosa que la denominación más reciente con que se designa
y adquiere nueva pertinencia la situación de crisis que ha pivotado sobre el conjunto del
pensamiento occidental a todo lo largo del siglo XX. Basta con citar nombres tan
señeros como Spengler, Heidegger, Ortega y Gasset o Sartre (sin olvidar el precursor
*
La primeraversion del presente artículo fue leída como comunicación en el IV Congreso Internacional
de la Federación Latinoamericana de Semiótica, celebrado en Galicia en otoño de 1999.
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decimonónico de casi todos ellos, Nietzsche) para constatar hasta qué punto el
pensamiento dominante durante el siglo recientemente concluido ha sido, en el amasijo
de su multiplicidad de corrientes y tendencias, unpensamiento atravesado por la crisis
de principio a fin, que muestra toda su relevancia como reacción frente al optimismo
científico, tecnológico, epistémico, económico, político y social que caracterizó a los
siglos XVIII y XIX europeos: cuando el progresismo ilimitado que preconizó, primero
la Ilustración y luego los mesianismos –industrialista y sociopolítico- decimonónicos
(este último,reflejo especular de aquél), alimentó la promesa de una liberación de la
humanidad –aunque siempre postergada a un futuro más o menos indeterminado- cuya
impronta se plasmaría en todos los órdenes indicados; pero que en realidad se trataba,
como hoy comenzamos a comprender con desconcierto, de la cobertura ideológica bajo
la que se cobijaba el expansionismo bien real que por entoncespracticaba la Europa
occidental –antes de ceder este papel, ya en el siguiente siglo, a esa especie de superEuropa que son los Estados Unidos de América del Norte-, mediante la consagración
urbi et orbe de unos valores cuya naturaleza eurocéntrica ya nadie se atreve hoy en día a
cuestionar, y de la cual el último episodio es el inapelable proceso de globalización
actualmente en marcha.
Pues bien, siel siglo XX se ha caracterizado en lo fundamental porque durante su
transcurso ha entrado en crisis ese progresismo tecnocientífico y sociopolítico que
alumbraron los siglos precedentes1 (el primero porque contrastaba de forma cada vez
más notoria con las sucesivas guerras que han salpicado la historia de dicha centuria; y
el segundo porque las diversas promesas políticas de liberación socialiban cubriéndose
poco a poco de una máscara de escarnio, hasta terminar saltando simbólicamente por los
aires con ocasión del derribo del muro de Berlín, que para muchos ha significado el
final de facto de dicho siglo), el posmodernismo ha supuesto por su parte –sin atender a
los infinitos matices e incluso versiones contrapuestas que cabe distinguir bajo ese
término- el reconocimiento final...
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