Convirtiendo el mounstro en aliado
la evaluación como herramienta de la gerencia social
Karen Marie Mokate
Instituto Interamericano para el Desarrollo Social – INDES
Abril de 2000 – Versión modificada1
La evaluación nació el séptimo día de la Creación, cuando Dios miró todo lo que había creado y declaró
“Es bueno.” 2 Con esa sola frase, Dios se convierte en el primer evaluador del mundo.No obstante, la
evaluación nacida en los cielos resultaba para algunos insuficiente y demasiado subjetiva. Por tanto, al
escuchar la evaluación de Dios (autoevaluación, por cierto), el diablo objetó e insistió “¿cómo sabe que es
bueno? ¿cómo lo midió? ¿con qué indicador juzgó la bondad de su creación? ¿con qué lo comparó?” Y,
así, nace la evaluación como la conocemos hoy -- ¡en los fuegos delinfierno!3
No sería exagerado plantear que la evaluación ha sido percibida en los sectores sociales como diablo o
como “monstruo” – un deber gigantesco impuesto a gestores y ejecutores sin que ellos sientan ningún amor
por el proceso ni perciban que tenga ninguna utilidad directa a sus procesos gerenciales o decisorios. La
evaluación como “monstruo” se ha aguantado como tarea que hay quehacer, por haber sido impuesta por
alguna exigencia legislativa, por tecnócratas del gobierno central o por agencias financiadoras. Los que ven
rasgos de “monstruo” en el proceso evaluativo, típicamente han sufrido evaluaciones sofisticadas, cuyos
resultados se plasman en grandes informes que adornan la biblioteca de algún gerente o algún tecnócrata,
sin hacer mayor aporte al diseño o la gestiónde la iniciativa evaluada.
Estas percepciones negativas de la evaluación se han cuestionado y disminuido en diversos momentos,
particularmente en algunos tiempos de escrutinio del rol apropiado del Estado y de juicio social sobre la
eficacia y eficiencia de la gestión pública. Por ejemplo, en los Estados Unidos hacia final de los setenta, se
plantea que “en la medida que los llamados poreficiencia aumenten, hay presión por incrementar el
‘accountability’ de los gerentes. Esto permite que periódicamente sean utilizados los procedimientos
evaluativos para medir el cumplimiento de metas explícitas y específicas. Estos análisis periódicos permitirán
a los gerentes hacer ajustes internos en sus iniciativas y al mismo tiempo brindarán a sus subordinados una
base para su intervención o,para ‘proveer asistencia técnica’.” (Freeman y Soloman, 1981, p. 21). A partir
de esos momentos, la evaluación toma pasos importantes en el camino de convertirse en un proceso integral
de la gerencia de programas y organizaciones (Attkisson et al, 1978).
Los años noventa en América Latina han traído un profundo cuestionamiento del rol y de la eficiencia del
sector público. Dicho cuestionamientoha abierto la puerta a nuevas iniciativas para diseñar y poner en
marcha procesos eficaces de evaluación. Por lo tanto, ha habido mucho discurso y mucha tinta regada
sobre la importancia de la evaluación. Se empieza a reconocer y destacar los elementos bondosos del
“monstruo” de la evaluación. Por ejemplo, Wiesner Duran (1994) llama la evaluación “el ‘proxy’ del
1 Rogamos no citar sin permisodel INDES. Comunicaciones con K. Mokate: karenm@iadb.org
2 Génesis 1:31
3 Se agradece el aporte sobre la historia del nacimiento de la evaluación a Thereza Penna Firme de la Universidad de
Rio de Janeiro.
2
mercado en la administración pública” y considera que la evaluación se puede convertir en uno de los
instrumentos más poderosos en la promoción de la modernización de la gestión pública.Guerrero (1993)
destaca un rol de la evaluación como “insumo a la reforma de políticas”.
A pesar de lo que ha sido tan hablado y tan publicado sobre la importancia de los procesos evaluativos,
aún es poco común encontrar programas o políticas sociales en América Latina que tiene un riguroso y
sistemático proceso de evaluación incorporado a los procesos cotidianos de gestión y toma de...
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