critica
Empecemos por el acto más común a horas tempranas de la mañana cuando llenamos una olla con agua para hacernos una taza de café. Esa porción de agua que ponemos en la olla, si ladejamos reposar un rato antes de hervirla, nos dará la misma sensación que el vino contenido en la garrafa del genial Van Gogh. Un líquido inanimado, en reposo, pero sin el atractivo del vino, desdeluego. Inconscientemente tomamos esa olla, encendemos la estufa y de nuevo, al cabo de unos minutos, regresamos para contemplar un fenómeno completamente distinto. Si somos curiosos, el fenómeno empiezacuando se comienza a observar un vapor blanco surgir de la superficie del líquido, al que todos conocemos como vapor de agua, seguido de la formación de unas cuantas burbujas que surgen de las paredes ydel fondo de la olla para "brotar" en la superficie. Unos segundos después, el agua empieza a agitarse violentamente, aparecen burbujas chicas y grandes, el agua se agita, e incluso se escuchanruidos característicos de este fenómeno: en ese momento decimos que el agua hierve.
La teoría cinética de la materia en realidad vio sus primeras luces a principios del siglo XVIII, en un trabajo, todavíacon carácter especulativo, escrito por el gran matemático suizo Daniel Bernoulli, bajo el título de Hidrodinámica. En esta obra Bernoulli construyó una teoría muy completa y en esencia correcta de lateoría cinética de los gases. Desafortunadamente fue escrita en una época en la que todavía existían grandes polémicas sobre la naturaleza del trabajo y el calor y su relación con el concepto deenergía. Como ya hemos expuesto en otra obra de esta serie, De la máquina de vapor al cero absoluto,1 estos conceptos y sus relaciones no fueron correctamente enunciados y comprendidos sino hasta mediadosdel siglo XIX con los trabajos de Rumford, Joule, Mayer, Clausius y Von Helmholtz, que culminaron en lo que ahora se conoce como la termostática o termodinámica clásica. Fue realmente en esta época...
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