cuentos breves
Un día, mientras la pequeña María daba un agradable paseo por el bosque, descubrió una preciosa nuez de oro, a un lado del camino. Justo cuando se disponía a guardarla en su bolsillo, alguien dijo a su espalda:
-Siento comunicarte, que esa nuez que portas en tu mano es mía.
Al escuchar estas palabras, María se dio la vuelta para conocer, al quedecía ser el dueño de la nuez. Cuando lo hizo, se topó con un personaje bastante extraño, de un tamaño bastante más pequeño que el suyo, que iba vestido con unos llamativos ropajes de color rojo y un gorro con forma apuntada.
-Siento haberte asustado pequeña humana. Soy el Duendecillo de la Floresta y en cuanto me devuelvas lo que me pertenece, dejaré de molestarte.
-Si es tuya, segura quesabrás cuantos son los pliegues de su corteza. Solo te la devolveré si aciertas el número exacto, si fallas aunque sea por uno solo, me la quedaré para mí y la usaré para comprarles ropas a los niños pobres del pueblo.
-No hay problema, la nuez tiene mil ciento un pliegues.
Cuando la niña vio que estaba en lo cierto, le devolvió con mucha pena la nuez.
-Puedes quedártela-dijo el duende-ya que tuspropósitos con ella son nobles. De ahora en adelante, pídele a la nuez lo que desees y ella te lo concederá.
Sin saber cómo, la pequeña nuez de oro, se encargaba de darles ropas y comida a todo el que lo necesitaba. Desde entonces, la niña fue conocida en todos los contornos como María la Nuez de Oro.
Pedro Pablo Sacristan (español)El regalo mágico del conejo
Hubo una vez en un lugar, una época de muchísima sequía y hambre para los animales.
Un conejo muy pobre caminaba triste por el campo cuando se le apareció un mago que le entregó un saco con varias ramitas. "Son mágicas, y serán aún más mágicas si sabes usarlas", le dijo el mago. El conejo se moría de hambre, pero decidió nomorder las ramitas pensando en darles buen uso. Al volver a casa, encontró una oveja muy vieja y pobre que casi no podía caminar. "Dame algo, por favor", le dijo.
El conejo no tenía nada salvo las ramitas, pero como eran mágicas se resistía a dárselas. Sin embargo, recordó cómo sus padres le enseñaron desde pequeño a compartirlo todo, así que sacó una ramita del saco y se la dio a la oveja.
Alinstante, la rama brilló con mil colores, mostrando su magia. El conejo siguió contrariado y contento a la vez, pensando que había dejado escapar una ramita mágica, pero que la oveja la necesitaba más que él.
Lo mismo le ocurrió con un pato ciego y un gallo rengo, de forma que al llegar a su casa sólo le quedaba una de las ramitas.
Al llegar a casa, contó la historia y su encuentro con el magoa sus papás, que se mostraron muy orgullosos por su comportamiento. Y cuando iba a sacar la ramita, llegó su hermano pequeño, llorando por el hambre, y también se la dio a él.
En ese momento apareció el mago con gran estruendo, y preguntó al conejo
¿Dónde están las ramitas mágicas que te entregué? ¿Qué es lo que has hecho con ellas?
El conejo se asustó y comenzó a excusarse, pero el mago leinterrumpió diciendo: ¡No te dije que si las usabas bien serían más mágicas! ?Pues sal fuera y mira lo que has hecho! Y el conejo salió temblando de su casa para descubrir que a partir de sus ramitas, todos los campos de alrededor se habían convertido en una maravillosa granja, llena de agua y comida para todos los animales.
El conejo se sintió muy contento por haber obrado bien, y porque la magiade su generosidad hubiera devuelto la alegría a todos.
FIN
Autor: Pedro Pablo Sacristan
Cuento de El Hada y la Sombra
Hace mucho, mucho tiempo, antes de que los hombres y sus ciudades llenaran la tierra, existía un lugar misterioso custodiado por el hada del lago. Justa y generosa, todos sus vasallos siempre estaban dispuestos a servirle. Y cuando unos malvados...
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