dads
Roberto Gargarella**
P
ocas dudas caben de que en la actualidad la concepción dominante a la
hora de pensar acerca de cómo ordenar las instituciones básicas de la sociedad es el liberalismo, en sus múltiples variantes. Las alternativas más
conservadoras han quedado en buena medida desplazadas por aquél, y sólo reaparecen con las crisis más agudas delliberalismo, y ante la razonable resistencia
de los liberales a tomar ciertas medidas drásticas, típicamente en contra de la inmigración o en defensa de ciertos valores morales (o “nacionales”) en algún momento prevalecientes y hoy amenazados por un floreciente multiculturalismo.
A la izquierda del liberalismo, en cambio, no parece haber nada distinto del
liberalismo.
Las razones de la ausenciade un pensamiento de izquierda consolidado son
muy diversas y se derivan en buena medida de circunstancias mencionadas más
arriba: muchos se han sentido desencantados con la izquierda a partir de los trágicos resultados del “socialismo real”; otros repudian el dogmatismo y la resistencia a la reflexión genuinamente autocrítica de parte de líderes de izquierda; influyó también el mencionadopresupuesto según el cual no era necesario teorizar
*
Este texto es una versión abreviada y modificada de un texto más extenso elaborado con F. Ovejero. Ver Gargarella y Ovejero (2001), Introducción.
**
Profesor de Teoría Constitucional y Filosofía Política en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y
en la Universidad Torcuato Di Tella. Jurisprudence Doctor de la Universidad de Chicago (1993).Investigador en la Universidad de Oxford (1994), y becario de la fundación Guggenheim (2000).
95
Teoría y filosofía política
sobre la justicia, en la confianza de que con la “abundancia” de la nueva sociedad los conflictos de intereses se disolverían. Finalmente, tampoco deberían desatenderse la violencia y el dinero utilizados para acallar a intelectuales de izquierda o para alimentarformas de pensamiento menos conflictivas.
Sean cuales sean las razones, lo cierto es que el liberalismo parece encontrarse hoy sin rivales. Las propuestas que ofrece, con sus diversos matices moderados, progresistas o conservadores, parecen agotar todo el panorama ideológico de
la época. La descrita evolución de la socialdemocracia es un buen testimonio de
esa circunstancia. Pues bien, contra estaimagen, sostendremos aquí que desde la
izquierda hay lugar para una crítica socialista del liberalismo. Crítica que es particularmente importante y necesaria en virtud del propio predominio del pensamiento liberal en las últimas décadas. Y eso exige, para empezar, una higiene intelectual del propio socialismo que lo dote de una arquitectura sólida. Si el socialismo aspira a volver a constituiruna alternativa de pensamiento intelectualmente atractiva, tiene que ser capaz de medir sus virtudes con las asentadas virtudes
del liberalismo, y de salir airoso de la contienda. En diversa medida, los autores
agrupados en este volumen realizan un significativo esfuerzo en tal dirección. Todos ellos aparecen en diálogo crítico con el liberalismo, y reconocen en éste al
modelo que debe serdesafiado. Todos se sitúan además, y con buenas razones, en
la perspectiva socialista.
En lo que sigue, procuraremos clarificar cuáles son los fundamentos teóricos
de las propuestas y discusiones que se incluyen en esta obra, y que enfrentan a
posturas de raíz socialista con otras de raíz liberal. Por supuesto, la tarea es muy
compleja, entre otras razones debido a la pluralidad de “liberalismos”existente,
y a la dificultad de acotar los “componentes esenciales” del socialismo. Por ello,
en lo que sigue haremos referencia a algunas de las tesis más importantes del pensamiento liberal, distinguiendo luego básicamente entre dos grandes “familias”
liberales, entre las versiones más conservadoras y las más igualitarias del liberalismo. Conviene advertir que, aún si no son despreciables...
Regístrate para leer el documento completo.