De la academia a la bohemia de bolivar echeverria
El que imita hace que una cosa se vuelva presente. Pero se puede decir también que juega a ser esa cosa, tocando con ello la polaridad que se encuentra en el fondo de la mímesis. Walter Benjamin1
El aparecimiento de las “vanguardias artísticas” del “arte moderno” introdujo toda una revolución en la manera de hacer arte que era propiade la época moderna: esta apreciación tiene un amplio consenso entre los tratadistas del arte y de la historia del arte. Un completo desacuerdo reina, en cambio, en la interpretación de este hecho. ¿En qué consistió propiamente esa revolución? Las ideas que propongo a continuación pretenden contribuir a la discusión que busca una respuesta a esta pregunta –espero que para aclararla y no paraconfundirla aún más-. El hecho mismo de esta revolución ha sido objeto de innumerables descripciones; escojo una al azar, bastante representativa: “Los creadores del arte moderno, especialmente en la pintura, entendían lo siguiente por mímesis o imitación de la naturaleza: una reproducción lo más fiel posible de las cosas reales, percibidas sensorialmente. Veían en el
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La obra de arte en la épocade su reproductibilidad técnica. Traducción de A. E. Weikert. Ed. Itaca, México 2003, p. 123.
“naturalismo” el cumplimiento de este principio de una repetición “fiel al aspecto natural” que ofrecen las cosas. Por su parte, los contemporáneos de estos artistas consideraron inaceptable el atrevimiento de su obra cuando vieron que, al retratar los objetos, comenzaban a alterar arbitrariamentesus formas y sus colores y a hacer abstracción de la realidad observable hasta el punto en que se volvía imposible reconocer qué de las cosas conocidas por todos era lo que estaba representado en el mundo de las imágenes. Se comenzó entonces a hablar del arte “abstracto” y se vio en él el polo contrario más extremo frente al arte naturalista.”2 Si examinamos la revolución del arte moderno descritade esta manera lo que salta a la vista es el hecho de que, con ella, parece haberse dado un vuelco o giro de 180 grados en la ubicación del objetivo o telos perseguido por los artistas en su trabajo: de dirigir su esfuerzo a la meta de aumentar la cercanía que el parecido o similitud de lo formado en su obra guarda con el modelo exterior a ella, estos artistas pasaron a encauzarlo precisamentehacia la meta contrapuesta: hacer presente, enfatizar y exagerar incluso, la inmensa lejanía de esa similitud, aunque sin dejar de suponerla en última instancia. Se diría que no están interesados en maximizar la cercanía o minimizar la lejanía de esa similitud; que lo que persiguen no es una representación del modelo capaz de producir un conocimiento “estético” del mismo, mientras más verista másgozoso, sino, por el contrario, en establecer una muy peculiar asociación mimética con él, que se despreocupa de su evidente falta de verismo, pues lo que le interesa es otra
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Friedrich Tomberg, Mimesis der Praxis und abstrakte Kunst, p. 7
cosa: producir un desquiciamiento del hecho de “representar” en cuanto tal. Más en general, son artistas que parecen rechazar la posición de poder desde laque el artista convierte al mundo en simple “modelo” de sus reproducciones y hace del público un simple espectador o receptor pasivo de las mismas. Que además parecen dudar profundamente de que una obra de arte pueda cerrarse o concluirse jamás mientras haya alguien –aunque sea el mismo pero en otro momento- que aún no ha disfrutado de ella. Para ellos, la obra de arte se hace con el fin de viviren el mundo de una manera especial, y no con el de dominarlo. Por esta razón ella es sobre todo algo más que un producto que el “creador” ha alcanzado y que entrega al “espectador”; salta por encima de la separación de funciones entre emisor y receptor. Está hecha para quedar siempre “inconclusa”, pues este último, que es quien en verdad la completa, nunca termina de ser un receptor diferente....
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