Duby Georges - La epoca feudal
Madrid, Siglo XXI. “La época feudal”, pp. 199-227 (texto sin notas)
1. LA EPOCA FEUDAL
Mientras en las fronteras de la cristiandad latina la continuidad y el reforzamiento de las
campañas de agresión, cada vez más en dirección hacia el este y el sur, exaltan el vigor de un
sistema económico basado en lacaptura violenta y en el saqueo, aceleran los trasvases de
riquezas y preparan de este modo algunas condiciones favorables al crecimiento, en el interior de
Europa se ven aparecer, durante los decenios en torno al año mil, los rasgos de una nueva
ordenación de las relaciones humanas: lo que los historiadores han acostumbrado llamar el
feudalismo. Simple revelación de un movimiento de granamplitud que, largo tiempo disimulado,
se había iniciado en la época carolingia y cuya evolución precipitaron las invasiones de los siglos IX
y X. En las regiones más evolucionadas, es decir, en Galia, llega a su término durante los últimos
decenios del siglo XI; no afecta a Germania, país nuevo, sino con un retraso de más de cien años;
en la zona mediterránea de la cristiandad, de modo especial enItalia, se amortigua al contacto de
estructuras contrarias cuyos pilares son la vitalidad urbana y la animación más precoz de las
corrientes monetarias. Esta mutación de las bases políticas y sociales se acomodaba
indiscutiblemente a la situación de una economía agraria dominada por una aristocracia cuya
influencia habían reforzado las campañas militares, y a su vez influyó, de manera muydirecta, en
la evolución económica. El feudalismo sirvió de marco a la evolución económica en un nuevo
orden, cuyos beneficios tuvieron un papel determinante en el desarrollo interno de la economía
europea.
LOS PRIMEROS SIGNOS DE LA EXPANSION
A decir verdad, las señales del desarrollo tardan en manifestarse; es notable que los
narradores que escribieron en Galia durante el período central deesta mutación, es decir, en la
primera mitad del siglo XI, entre otros Ademar de Chabannes o Raúl Glaber, no hayan dado
pruebas de haber observado a su alrededor algún progreso al nivel de la civilización material.
Ciertamente, todos estos hombres habían sido educados en monasterios y muchos no habían
salido de ellos; el mundo terrenal no merecía la atención de estos monjes y la historia que lesinteresaba escribir era la del destino moral de la humanidad, la marcha del pueblo de Dios hacia el
fin de los tiempos y hacia la Jerusalén celestial. A sus ojos, no lo olvidemos, las verdaderas
estructuras del mundo eran espirituales y los aspectos de la realidad económica eran simples
epifenómenos. No esperemos por tanto que sean buenos testigos de la realidad económica. No
obstante, susilencio prueba al menos que, en su tiempo, las transformaciones de la economía se
realizaban lentamente y no tenían un carácter llamativo. Sin embargo, existían, y algunos de sus
aspectos fueron puestos de relieve por escritores eclesiásticos porque veían en ellos las señales de
los designios divinos.
Los eclesiásticos fueron especialmente sensibles a dos clases de fenómenos. En primer
lugar,a las calamidades, que interpretaban como la expresión de la cólera divina o del mal que
mantiene al hombre prisionero y retrasa su marcha hacia la luz. Descubrieron, pues, las grandes
oleadas epidémicas que recorrían los campos de Occidente y que sólo podían ser detenidas, a sus
ojos, con plegarias, con actos de penitencia colectiva y mediante el recurso al poder tutelar de las
reliquias. Eldesarrollo de las enfermedades -y especialmente del «mal de los ardientes» - era
favorecido, según todas las evidencias, por carencias alimenticias; no falta el escritor que
establece un nexo entre la epidemia que asoló la Francia del norte en 1045 y la escasez de
alimentos: «Un fuego artificial se puso a devorar numerosas víctimas...; al mismo tiempo, la
población de casi todo el mundo...
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