El ascenso de un nuevo régimen Venezuela
y democracia plebiscitaria
El ascenso de un “nuevo régimen”
en Venezuela
Alfredo Ramos Jiménez*
Los tres años de la experiencia de Chávez en
el poder bien podrían ser considerados como
los años de la transición venezolana hacia un
“nuevo régimen” político. Ello se desprende
de un primer balance, provisional ciertamente, de una etapa histórica que para Venezuela
marca el deslindeentre un pasado político,
“partidocrático” o de “duopolio partidista”, y
una nueva época que arranca con el nuevo siglo, portadora de una promesa de refundación de la democracia1.
Me propongo en estas notas una aproximación al “fenómeno Chávez” como experiencia crucial en el ascenso de un régimen alternativo (en tanto institucionalidad y cultura política) a la tradicional democracia bipartidista, afin de establecer los rasgos básicos de
aquello que inicialmente y durante largo
tiempo se ha venido presentando como una
experiencia inédita orientada hacia la constitución de un nuevo régimen o sistema político2. En la medida en que tal experiencia se ha
presentado como portadora de promesas de
cambio y de incorporación de la masa popular a la decisión política, resultaba un tanto
contagiosapara unos cuantos movimientos
* Director del Centro de Investigaciones de Política Comparada. Universidad de Los Andes.
1 Sobre la tesis de la partidocracia en Venezuela véase Michael Coppedge 1994, Hidalgo Trenado 1998, p. 63-100,
Enrique Baloyra 1998, Alfredo Ramos Jiménez 1999, p.
35-42.
2 Cf. Alfredo Ramos Jiménez 2000, p. 13-39.
políticos en buen número de países latinoamericanos. De aquí queel juicio positivo o
negativo de tal experiencia entra significativamente en el debate actual sobre el futuro de la
democracia en nuestros países.
En efecto, la política del chavismo, en tanto política de transición, ha sido identificada
hasta aquí como pariente cercana de las experiencias gubernamentales de Menem en Argentina y de Fujimori en Perú. Y ello desde
perspectivas que acentuaban un tantola hipótesis del excepcionalismo venezolano en la
época de la transición y consolidación de las
neodemocracias latinoamericanas3.
La excepción venezolana
como hipótesis
Modelo de democracia para el resto de países
latinoamericanos, el sistema político venezolano al parecer tenía asegurada una cierta estabilidad institucional apoyada en una relativa paz social. De modo tal que los cuarenta
añosde democracia bipartidista habrían servido de demostración de la viabilidad de la
democracia en contextos caracterizados por
grandes desigualdades sociales y por el impe3 En la literatura política latinoamericana de corte comparativo se da por sentada la asimilación de las experiencias
de Chávez, Menem y Fujimori como demostrativas de la
conocida hipótesis de Guillermo O’Donnell sobre las“democracias delegativas”. Cf. O’Donnell 1992, Isidoro Chereski e Inés Pousadela 2001, p. 30-31, Alfredo Ramos Jiménez 1997, p. 59-87.
ICONOS 111
temas
rio de una “política de clientela” en la forma
“normal” de hacer política.
Asimismo, la presencia de partidos “opositores y no competidores” estaba en el origen
de una “oposición leal” que servía de base para el control de las tres cuartas partes delelectorado. Ello le asignaba al sistema político venezolano características de excepcionalidad
frente a los estándares normales de la política
democrática en nuestros países4. En efecto, en
todas partes, y particularmente en los países
centroamericanos, los movimientos democratizadores consideraban que el modelo a imitar ya estaba funcionando en Costa Rica y Venezuela.
Ese modelo bipartidista entra encrisis, al
parecer terminal, con la experiencia gubernamental de Caldera y ya podía advertirse una
amplia aspiración colectiva que demandaba
4 Desde las primeras elecciones en los sesenta hasta fines
de los 80, los partidos AD y COPEI contaban con al menos el 80% del total electoral. Entrados los noventa y particularmente con la elección de Rafael Caldera (1993),
nuevas fuerzas (La Causa R en...
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