El Ensayo
Marc Bloch defiendeentonces, con energía, la especificidad, la aparente inutilidad de un esfuerzo intelectual desinteresado. En la disciplina histórica encuentra una tendencia propia del hombre en general: la historia estambién, en ese sentido, una ciencia humana: "Sería infligir a la humanidad una extraña mutilación si se le negase el derecho de buscar, fuera de toda preocupación de bienestar, cómo sosegar su hambreintelectual".
Aparecen aquí dos palabras claves para comprender el tempe-ramento de historiador de Marc Bloch. "Mutilación": Marc Bloch rechaza una historia que mutilaría al hombre (la verdadera historiase interesa en el hombre íntegro, con su cuerpo, su sensibilidad, su mentalidad y no solamente sus ideas y sus actos) y que mutilaría a la historia misma, que es un esfuerzo total por captar al hombreen la sociedad y en el tiempo. "Hambre": el término evoca ya la frase célebre inscrita desde el primer capítulo del li-bro: "El buen historiador se parece al ogro de la leyenda. Ahí donde olfateacarne humana, ahí sabe que está su presa". Marc Bloch es un hambriento, un hambriento de historia, un hambriento de hombres en la historia. El historiador debe tener apetito. Es un devorador de hombres.Marc Bloch me hace pensar en aquel teólogo parisiense de la segunda mitad del siglo xvii, el cual era devorador de libros, en los que buscaba la vida y la historia, Petrus Comestor, Pierre elDevorador.
Aunque no sea "positivista", la historia no deja de ser para Marc Bloch una ciencia, y uno de sus afanes más notables en este libro es el constante apelar a las ciencias matemáticas, a las...
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