El Fin De La Publicidad Y Su Nuevo Comienzo
Por: JUAN FELIPE MEJÍA GIRALDO
Especialista en Gerencia de Mercadeo Comunicador Social – Periodista Publicista
¡Se vende!
A través de la historia se ha presentado un constante debate acerca del fin de la publicidad, ¿para qué sirve ésta?, unos han dicho que su finalidad es vender, otros que comunicar o difundir un mensaje a un público específico. Para comenzar definamos lo que se entiende por publicidad. La publicidad “es la utilización de mensajes informativos y persuasivos, generalmente pagados, que a través de los medios de comunicación impersonales buscan despertar en una determinada audiencia el deseo de posesión y uso de bienes y servicios destacando los beneficios tangibles o intangibles que pueden obtener ellos y valiéndose del uso psicológico de la palabra escrita, la voz, los sonidos y la imagen” (Proenza, 1999). En esta definición se puede destacar que comúnmente se ha entendido a la publicidad como una comunicación con fines comerciales, de ahí surge el debate polarizado en torno a su objetivo: vender o comunicar. Es claro que la publicidad es una de las “P” del mercadeo. El mercadeo “es la función de negocios que identifica las necesidades y los deseos del cliente, determina a cuáles mercados meta puede servir mejor la organización y diseña productos, servicios y programas apropiados para atender aquéllos” (Kotler & Armstrong, 1998). Estos autores diferencian la publicidad de la venta y explican que éstas “sólo son la punta del iceberg de la mercadotecnia. Aun cuando son importantes, son sólo dos de las muchas funciones que aquella tiene y a menudo no son las más importantes”. Hace muchos años John E. Kennedy dijo que la publicidad es venta con letra impresa1. En esa línea William Bernbach expresó que “cualquier persona que trabaje en publicidad y niegue que su propósito es vender algún tipo de mercancía, miente”2. Rosser Reeves en una entrevista sobre este tema manifestó: “supongamos, Sr. Higgins, que en lugar de trabajar para Advertising Age, usted fundó una compañía para producir el producto que usted desee, digamos una crema para rasurar, comida congelada, hojas de rasurar, llantas para automóvil, y supongamos que tiene invertidos 1 000 000 de dólares, y de repente, por razones desconocidas, su publicidad pierde eficacia y sus ventas descienden; todo depende de esto: su futuro, el de su familia, y el de otras familias dependen de la publicidad. Ahora bien, usted viene a mi oficina, se sienta en esa silla y conversamos. Dígame, ¿qué es lo que usted desea de mí? ¿Bellos textos? ¿Obras maestras de la literatura? ¿Desea obras deslumbrantes que puedan ser enmarcadas por los redactores? ¿O lo que
1
Castellblanque, Mariano R. Manual del redactor publicitario, Editorial CIMS, Barcelona 1997. Higgins, Denis. El arte de escribir publicidad, Mc Graw Hill, Serie Profesional de Publicidad.
2desea es que la maldita curva de ventas deje de moverse hacia abajo y empiece a moverse hacia arriba? ¿Qué es lo que desea?”3 Es innegable que lo que los clientes desean es vender y las agencias saben que lo que motiva a hacer publicidad a las empresas es incrementar las ventas. Luis Bassat (1994), en su famoso Libro rojo de la publicidad, manifiesta que “el objetivo número uno de la publicidad es vender, conseguir resultados a corto plazo. Lo primero que debe conseguir la campaña es que el consumidor se dirija al comercio y compre. Pero hay algo más: la publicidad debe vender hoy y ser capaz de contribuir a construir una marca para el mañana”. El objetivo general de la publicidad y de todas las actividades de mercadeo es innegablemente vender, pero, como lo ...
Regístrate para leer el documento completo.