El infierno son los otros: dialogando sobre la identidad y la diferencia en los soprano
Fernando de Felipe Allué y Concepción Cascajosa Virino
El propósito de este capítulo es analizar una serie de televisión de una manera diferente al resto de ensayos que forman parte de este libro. En lugar de la perspectiva única de un autor, se ha optado por un diálogo en el que dos seguidores deLos Soprano, sin lugar a dudas uno de los títulos fundamentales de la edad dorada del drama televisivo norteamericano, reflexionan de manera conjunta sobre la interpretación que se puede hacer de su rico universo. Dos van a ser los ejes de esta conversación: la noción de que Los Soprano representa una manera muy diferente de concebir la ficción televisiva, y la definición de la identidad como sueje central temático.
El pecado original: Referentes y contexto de Los Soprano.
FERNANDO DE FELIPE: Recuerdo que no hace mucho, en una de mis críticas de televisión para La Vanguardia, jugué a establecer un interesado paralelismo entre Los Soprano y La Comedia humana (La Comédie humaine) de Balzac.[1] Sé que puede parecer una provocación (y en parte lo es), pero no creo quedicho planteamiento sea del todo gratuito. En todo caso, La Comedia humana, de puro inabarcable, puede entenderse como una colección de grandes novelas y pequeños relatos que en su conjunto, e incluso en su in(ter)dependencia, forman un todo perfectamente coherente. Un todo que, por otro lado, no tiene nada que ver con lo que en su tiempo fueron las novelas por entregas (los célebres folletines),pero que tampoco necesita ser abordado para su disfrute en su dimensión completa (la que iría de la lectura de su primera a su última página). Algo parecido ocurre con Los Soprano. Si tomamos un capítulo como Universidad (1.5), veremos que en sí mismo es como una pequeña película, un relato completamente autónomo que puede verse de principio a fin sin problema alguno, y que te da toda la informaciónque necesitas para engancharte a él “en tiempo real”, sin necesidad de saber nada apenas de antecedentes dramáticos, líneas argumentales o biblias de personajes previas, y para el que no necesitas echar mano constantemente de esos códigos de serialidad que tan importantes resultan en otras producciones (sobre todo para mantener la fidelidad de sus respectivos públicos). Pero más allá de esto, loque sí me interesa recalcar aquí es que tanto Los Soprano como La comedia humana pertenecen completamente a su tiempo, y que ambas obras, a pesar de las diferencias y de la lógica distancia que las separa, terminan configurando, como si de un cuaderno de bitácora se tratara, auténticos y autoconscientes “frescos” de sus respectivos momentos históricos. Su verdadero valor, más allá de lo narrativo,lo lúdico o lo genérico, es el de prestar testimonio de toda una época. Y de hacerlo de una forma tan entretenida como inmisericorde. Por lo que respecta a la idea de analizar una serie como Los Soprano desde la perspectiva de los llamados Cultural Studies, ésta surge, más allá de cualquier “tentación” o “moda” académica, de la convicción de que ahora más que nunca es necesario recuperar esamisma esencialidad ideológica, robusta y solemne, que los caracterizó en un principio. O por decirlo de otro modo: Los Soprano podría ser la excusa textual perfecta (por sintomática) para reivindicar ese espíritu crítico y político que, a fuerza de vulgarizaciones, divagaciones, parcialidades, interesados cinismos, frivolidades metodológicas y anestesias varias en clave post, ha terminado pordesaparecer casi por completo en todos aquellos trabajos que hoy por hoy se pretenden ampliación natural de los denominados “estudios culturales”, y que no son más que la puesta en abismo de sus más irresolubles (por políticamente correctos) puntos de fuga. Como señalan con acierto Fredric Jameson o Slavoj Žižek,[2] ahora más que nunca es necesario volver a alzar la voz desde Marx o Lacan para poder así...
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