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Escribir. Ensayos sobre literatura
Robert Louis Stevenson
Traducción de Amelia Pérez. Páginas de Espuma. Madrid, 2013. 443 páginas, 25 euros
DARÍO VILLANUEVA |06/12/2013 | Edición impresa
Robert Louis Stevenson
Para quienes gustamos de las obras en que los escritores reflexionan sobre la propia literatura, este libro de Robert Louis Stevenson (Edimburgo,1850 -Samoa,1894) constituye un auténtico regalo. Recoge una veintena de ensayos, semblanzas de literatos y confesiones autobiográficas del autor, publicados casi exclusivamente en revistasliterarias como Scribner's Magazine o Fortnightly Review entre 1874 y el año de su muerte (1894). Su contenido resulta, así, misceláneo, agrupado en tres secciones bajo los rubros de “La escritura”, “Los libros” y “Los escritores”, pero subyacen, a modo de líneas de fuerza a lo largo de sus páginas, aparte del testimonio personal, el planteamiento teórico de las grandes cuestiones que afectan a lacreación literaria y el ejercicio de una crítica fundamentada en la impresión y en la valoración de la obra de los otros por parte de quien se dedica también al exigente arte de la palabra, y posee una concepción muy clara de la ética de su oficio.
Stevenson se manifiesta aquí como un gran lector, pero también como un perspicaz crítico y un escritor sumamente reflexivo, lo que no dejará desorprender a quienes tengan de él la imagen de un novelista popular, especializado en lo que él mismo denomina “novela de aventuras”, la que “apela a las tendencias más sensuales e irracionales del hombre” frente a los tipos más exigentes de la “novela de personajes” y la “novela dramática” (p. 168).
En realidad, el autor de La isla del tesoro se inserta en una tradición autóctona perfectamentedefinida, que nos remite, por caso, a teóricos ingleses del XVIII como Clara Reeve y Samuel Taylor Coleridge, a los que, sin embargo, no menciona. De la primera vendría la distinción entre romance y novela: entre el relato en prosa de acontecimientos peregrinos, exóticos y rayanos en lo increíble y la novela naturalista. En sus “Apuntes sobre el realismo” de 1883 aquí recogidos muestra su desapego haciala “tendencia del detalle extremo” (p. 66) propia de la escuela francesa, defendiendo que una novela bien formada logrará provocar la ilusión de realidad que todo lector demanda y encuentra también en “novelas románticas” como las de Victor Hugo. Pero el romance se diferencia también de la novela realista por su énfasis estilístico, asunto al que Stevenson dedica otro de los ensayos más logrados deesta compilación, en donde parte implícitamente de aquella definición minimalista que el lakista hiciera de la poesía (“the best words in the best order”) para reivindicar que la prosa novelística también debe tener su ritmo y ha de acertar en cada caso “en la elección de la nota esencial y de la palabra exacta” (p. 102).
Junto a lo que de testimonio de época encontramos aquí, hay...
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