Ensayo
Uno de los principios que viene aplicando nuestro sistema educativo desde hace varias décadas es el de la comprensividad. La palabra puede asustar a los no iniciados,pero se refiere a algo sencillo: diseñar un currículum común para todos los alumnos, que además compartirán aula la mayor parte del horario. Este ha sido, sin duda, uno de los caballos de batalla de laagria discusión en torno a la pedagogía y la función del sistema educativo. A partir de una lectura inicial, da la sensación de que la educación estuviera sujeta a sus propias fuerzas dialécticas: elensayo y el error nos lleva a largos procesos de tesis-antítesis-síntesis. La autora sueca sugiere, entre otras cosas, que nos dirigimos hacia escuelas menos comprensivas. No hay verdades científicasni universales en educación, pero sí diferentes modelos cuyos principios rectores y consecuencias son divergentes.
Por un lado, los defensores de la diversidad esgrimen los beneficios sociales que deella se derivan: si los alumnos que requieren mayor atención educativa conviven en el aula con el resto, se logra evitar la creación de grupos diferenciados, disminuyendo por tanto la marginación yla discriminación. Además de los beneficios sociales, aparecen otros educativos y psicológicos: los alumnos conviven desde el principio con aquellos con los que después van a compartir espaciospúblicos en la vida social:
¿Qué sentido tendría separar a los alumnos y después situarlos en la sociedad sin que exista un conocimiento previo? ¿Podría funcionar una sociedad así?
La comprensividadtendría efectos positivos incluso en lo referente a la educación afectiva y emocional: la escuela se convierte, en definitiva, en el marco de la convivencia, un pequeño retrato de la vida social, en laque según qué tipo de diferenciaciones en función de las capacidades cognitivas no resultan operativas. Visto así, la educación sería incluso un factor de progreso social, en tanto en que dinamiza...
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