Ensayo1
Ensayo
Eduardo Lalo nacido en Cuba en el año 1960, pero nacionalizado puertorriqueño se le considera un escritor, artista y profesor universitario. Desde su primera publicación, ha insistido en mezclar arte, ensayo y ficción en lo que publica. Sobre su vena artística, ha dicho: "Primero que nada, soy escritor.” Comenzó a dibujar tardíamente, a los 21 años, cuando acababade estudiar en Nueva York y visitaba museos y galerías. Se fui a vivir a París y sin ninguna formación solicitó ingresar en una escuela de bellas artes.
Su reconocimiento internacional le llegó en 2013, cuando ganó el Premio Rómulo Gallegos con su novela Simone. Un hombre jubilado visita el aeropuerto al menos una noche a la semana. El hombre, que hace tiempo no viaja, contempla las llegadas ylas salidas de los otros, como si como si reconociera en ellos, en su ir y venir, su propia vocación de tránsito, y su modesta incapacidad de pertenecer a un lugar. Luego de recorrer los pasillos del aeropuerto, el hombre saluda a los empleados, algunos ya acostumbrados a su habitual presencia, entra a las tiendas, compra un libro, desayuna, y se sienta a esperar, como un pasajero más, a quellegue la hora de partir. Muchas veces el hombre ha llegado al extremo que amanece en el aeropuerto.
No hay necesidad de entender o justificar las razones que llevan a este hombre a un lugar que es, para nosotros, un lugar seco y vacío, a veces deshabitado o en otras ocasiones apenas habitado, por sujetos sin rostro que se desplazan hacia un destino incierto. Desde las primeras páginas de la novelaya vemos la identidad del escritor. El escritor es ese hombre que se pierde entre los demás viajeros es, un explorador del límite, un inusual espectador del drama humano, es alguien que ha visto los límites del pensamiento, del discurso y de la escritura, y ha despreciado abiertamente la ilusión de un más allá de esos límites.
La vida de este hombre, resignado a vivir dentro de una “nada quepasa,” toma un giro inesperado con la llegada de Li Chao, una mujer china que se oculta bajo el nombre de la filósofa francesa Simone Weil para firmar los mensajes que le va dejando al primero. Li va en busca de ese escritor que ha puesto en palabras su dolor, su cansancio, su hastío, su humillación. Es la lectora soñada, la elegida, esa que no sólo lee y entiende, sino que refina, madura y amplía,formas y contenidos. Hay algo con los nombres desde el título, ese seudónimo con que Li Chao, una inmigrante china en Puerto Rico, firma los mensajes en clave que va dejando por la ciudad para que el narrador, escritor frustrado y sin nombre, devele. Porque si bien es cierto que sobre esos mensajes se construye el enigma que moviliza la primera mitad de la novela, el nombre Simone (tomado deSimone Weil) es, antes que una máscara que oculta, otra capa más que se agrega sobre un rostro y un nombre que deambulan inadvertidos por una ciudad isleña igualmente inadvertida en el mundo.
El tema de la humillación aparece con fuerza en las páginas de Simone. Según el autor existe, de hecho, cierto placer, o cierta liberación en el acto de humillarse. Por ejemplo, el narrador va hasta un centrocomercial atestado de gente y se sienta en el “food court” con sus libros y libretas en la mesa, acentuando así su soledad: el escritor y profesor universitario, se prende de esa imagen suya, mudo y hechizado, sentado con sus materiales de trabajo en un lugar que le resulta detestable. El escritor va a un lugar en donde se siente expulsado. Va para imaginar cómo se ríen de él, va para rememorarviejas humillaciones en el patio de la escuela, va para que lo humillen otra vez, se pone de rodillas y consume una experiencia tan trivial como desgarradora. En el caso de Li la humillación es más concreta, más palpable, más lacerante. No sólo es una china más perdida en el anonimato de su clase, trabajando horas interminables en un restaurante por un sueldo que apenas le da para comer, Li...
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