ensayos
(S. V a C.)
Dignísimas autoridades, señoras, señores, alumnas y alumnos.
En primer lugar, quicro exprcsar mi agradecimiento al ilustrísimo señor director del centro asociado de la UNED de Las Palmas, don Cristóbal García
Blairsy, por haberme brindado la oportunidad de dirigirme a todos ustedes en
esta ocasión solemne, como es siempre Ia confereiiciaprogramada dentro de
los actos de apertura de un nuevo curso académico.
Con mucho gusto acepté el ofrecimiento movido por dos razones: la primera, por considerar que la ocasión constituye un brillante broche -lo de
brillante va por el acto, no por mi modesta aportación- a diez años largos
de dedicación a la UNED en este centro, como profesor tutor de griego y
coordinador de Filosofía y Letras,precisamente ahora que he tenido que dejar
estas tareas por un traslado voluntario; la segunda razón es de otra índole,
pero, al fin y al cabo, está relacionada con la anterior, y es que, dentro de la
apertura, el interés y la curiosidad científica por todos los temas que debe
caracterizar a la Universidad y al universitario, no puede faltar la aportación
de la cultura clásica, siempre soslayaday poco conocida en nuestro país, y este
acto es una ocasión magnífica para tratar algún aspecto de la cultura griega
y pienso que no hay que desaprovecharla, pues, como dice e1 refrán, a «la
ocasión la pintan calva».
He dicho que la cultura clásica antigua ha sido soslayada y, por consiguiente, poco conocida en España. No nos parecerá extraño si pensamos en un
Georges Clemenceau, presidentede la República francesa, autor de un libro
sobre el orador Demóstenes publicado en 1924; en un Charles De Gaulle, profesor y gran conocedor de los estudios clásicos; en un Pompidou, etc., todos
de! puis o!!ente S! Pirineo, nn* m recnrdzr sin^ !Q más cercano, n e n i.in
Y--
NOTA:Lección inaugural del curso 1983-84 leída en el Centro Asociado de la UNED
Palmas, el día 21 de octubre de 1983.de Las
Werner von Braun, el padre de la Astrtonáutica, helenista por formación y afición, que termina una conferencia en Estados Unidos con estas palabras:
«Todo esto es posible gracias a que hubo en la antigüedad un pueblo griego.. .»
¿No es sintomático también que el flamante premio Nobel de Literatura
William Golding dedique sus horas libres al estudio de la lengua griega en la
Roya1Navy durante la segunda guerra mundial y que conozca perfectamente
esta lengua y el latín? l .
Si recordamos esto, el alejamiento nos parecerá mayor aún. Hemos llegado
tarde a estos estudios por diversas causas que arrancan de la Contrarreforma
y en un momento en que los demás países ya están de vuelta, y nunca han sido
profundos -salvo honrosas excepciones- ni generales. Los estudiantes queoptan por estas materias en su mayoría sólo llegan a vislumbrar lo que hay
detrás en sus breves escarceos clásicos, si no se quedan abrumados por las
dificultades iniciales que presentan los textos, reflejadas tan gráficamente en
aquella anécdota que recoge J. Alsina del alumno francés a quien su padre
le dice:
-«Ca n'a auqun sens, ce que tu as écrit la!
-Mais, papa, répondait le file,c'est une traduction 2.»
El tema elegido para esta conferencia es poco conocido en algunos de sus
aspectos, creo. Lógicamente, hay que ceñirse a una época y a un lugar determinados, pues no podemos abarcar todo el período de la vasta cultura griega
antigua. Por eso vamos a poner unos límites, demasiado amplios incluso para
una breve conferencia, y fijarnos en los hitos más sobresalientes de laAtenas
del siglo v a. C.
Es un consabido tópico al estudiar la historia de una ciencia partir de la
etapa griega, porque, efectivamente, la filosofía, la historia, el arte, la filología,
la geometría, la matemática, la medicina, las ciencias naturales, etc., nacen
como tales ciencias en Grecia. Pues de los mismos manantiales surge la política.
Como hay una téchne rhetorike, hay también una...
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