Estatica
Enseñanzas bíblicas sobre la esperanza. Esperanza y condición viadora del hombre. Pecados contra la esperanza. La virtud teologal de la esperanza se define como "hábito sobrenatural infundido por Dios en la voluntad, por el cual confiamos con plena certeza alcanzar la vida eterna y los medios necesarios para llegar a ella, apoyados en el auxilio omnipotente deDios". Su objeto formal quod es la posesión eterna de la Bondad divina; su objeto formal quo: la ayuda omnipotente y misericordiosa de Dios. De la definición se deducen las propiedades de esta virtud: a) es sobrenatural, por ser infundida en el alma por Dios (cfr. Rom 15,v.13; 1v.Cor v.13,v.13), y porque su objeto es Dios que trasciende cualquier exigencia o fuerza natural. El Conc. de Trentoafirma que en la justificación viene infundida la esperanza, junto con la fe y la caridad (Dz-Sch 1530); b) se ordena primariamente a Dios, bien supremo, y secundariamente a otros bienes necesarios o convenientes para llegar a El (cfr. Mt 6,v.33); c) es una disposición activa y eficaz, que lleva a poner los medios para alcanzar el fin; no es mera pasividad; d) es actitud firme, inquebrantable, porquese funda en la promesa divina de salvación (cfr. Rom 8,v.35; Philp 4,v.13); ni siquiera la pérdida de la gracia santificante puede quitar la esperanza (S.Th. II-II, q. 18, a. 4, ad 2). La esperanza, que lleva a desear a Dios como suprema bondad, deriva de la fe (S.Th. IIII, q. 17, a. 17), y por esta razón, la fe se llama madre de la esperanza. La fe muestra a Dios como fin supremo del hombre, sufelicidad, por lo que nace en el corazón humano un fuerte deseo de poseerlo (Heb 11,v.1). Sin la fe, la esperanza no se concibe (cfr. Conc. Vaticano II, Lumen gentium, 41). En el desarrollo de la vida sobrenatural, la esperanza sigue a la fe y precede a la caridad; la esperanza puede existir sin caridad (Dz-Sch 2457). La virtud de la esperanza, siendo teologal e infusa, está íntimamente
unidaa la gracia, con que el amor divino nos envuelve, y a dones particulares del Espíritu Santo como el don de temor de Dios (Is 66,v.24). A. Enseñanzas bíblicas sobre la esperanza En la Biblia la distinción entre fe y esperanza no es siempre clara; la mayor parte de las veces se habla de ambas a la vez. El futuro ocupa un puesto fundamental en la historia del pueblo de Israel, que espera la plenitudde los tiempos, la era mesiánica. La fe en las promesas de Dios sostiene la esperanza del pueblo elegido (cfr. Heb 11) y lo empuja a observar todas las exigencias morales que esta esperanza lleva consigo. Israel confía en Dios del cual depende únicamente su futuro, soporta con paciencia las pruebas del tiempo presente y permanece fiel a las promesas divinas que patriarcas y profetas transmiten yrenuevan de generación en generación. Fe, confianza, fidelidad, paciencia, esperanza y amor son los varios aspectos del comportamiento espiritual del pueblo de Dios ante las promesas mesiánicas, que tocan no sólo a la comunidad de Israel, sino también a cada israelita. La originalidad de la esperanza bíblica está en el hecho de no ser simple espera de un acontecimiento futuro de cualquier clase; lapalabra griega elpízein, de la versión de los Setenta, indica un concepto positivo, no neutro: espera confiada y perseverante de un bien, la Salvación. El israelita vive en todo momento -y no sólo en la necesidad (Ier 17,v.7)-, esperando en Dios, en las manos del cual está su futuro: El es la única certidumbre, todo pasa, El sólo permanece. Falsa esperanza es la de quien confía en las riquezas(Iob 31,v.24), en los hombres (Ier 17,v.5), en el poder (Is 31,v.1; 36,v.6) o en los mismos objetos sacros (Ier 1,v.4; 48,v.13). Otro aspecto peculiar de la esperanza de Israel, que se conserva también en la virtud cristiana de la esperanza, deriva del sentido religioso que el tiempo posee en la Biblia; para el israelita con la muerte cesa la esperanza (Iob 17,v.15; Is 38,v.18; Ez 37,v.11): la fe...
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