Estudiante
SANTUARIO
HYSPAMERICA Buenos Aires - Madrid
Título del original: SANCTUARY Traducción de José Luis López Muñoz © 1931 Renewed 1958 by William Faulkner © Por la presente edición, Ediciones Orbis, S.A. Traducción cedida por Ediciones Alfaguara, S.A. ISBN: 84-7530-088-X D.X.B. 40268-1982 Impreso y encuadernado por Printer industria gráfica, s.a. Provenza, 388 BarcelonaSant Vicenc dels Horts Printed in Spain
Isantuario
Desde detrás de la hilera de arbustos que rodeaba el manantial, Popeye contempló al hombre que bebía. Una senda apenas marcada llevaba desde el camino hasta el manantial. Popeye había visto cómo el forastero —delgado y alto, sin sombrero, con unos gastados pantalones grises de franela y una chaqueta de tweed cruzada sobre el brazo— avanzabapor la senda y se arrodillaba para beber. El manantial brotaba al pie de un haya y corría después sobre un fondo de arena que formaba remolinos y ondulaciones. Estaba rodeado por una espesa vegetación de cañas y brezos, de cipreses y árboles de goma donde la luz del sol, sin origen visible, yacía, quebrada en mil reflejos. En algún sitio, escondido e imposible de precisar y, sin embargo, cercano, unpájaro cantó tres notas para callar luego. En el manantial, el forastero inclinó el rostro hacia los rotos reflejos multiplicados de su propio beber. Al erguirse de nuevo, aunque no había oído el menor ruido, vio aparecer entre ellos, también hecho añicos, el sombrero de paja de Popeye. Frente a él, al otro lado del manantial, se hallaba un hombre de estatura por debajo de lo normal, con lasmanos en los bolsillos de la chaqueta, y un cigarrillo sesgado, que formaba un ángulo agudo con su barbilla. Llevaba un traje negro, con la chaqueta, de talle alto, muy ajustada. Se había remangado los pantalones con una sola vuelta y estaban manchados de barro; lo mismo les sucedía a los zapatos. Su rostro presentaba un extraño color exangüe, como iluminado por una luz eléctrica; enmarcado por aquelsoleado silencio, con el sombrero ladeado y los brazos levemente separados del cuerpo, tenía esa desagradable falta de profundidad de la hojalata en relieve. Tras él, el pájaro cantó de nuevo: tres compases monótonamente repetidos; un sonido profundo y sin sentido que surgía de un silencio bostezante y lleno de paz que daba la impresión de aislar aquel lugar y del que un momento después brotó elruido de un automóvil que pasaba por la carretera y que acabó perdiéndose a lo lejos. El hombre que había bebido siguió arrodillado. —Supongo que lleva una pistola en ese bolsillo —dijo. Desde la orilla opuesta Popeye dio la impresión de contemplarlo con dos negros botones de goma blanda. —Soy yo el que hace las preguntas —dijo Popeye—. ¿Qué es eso que tiene en el bolsillo? El otro llevaba aún lachaqueta cruzada sobre el brazo. Levantó hacia ella la mano libre: del bolsillo izquierdo sobresalía un aplastado sombrero de fieltro y del derecho un libro. —¿Qué bolsillo? —dijo. —No lo saque —respondió Popeye—. Dígame qué es. La mano del forastero se detuvo en el aire. —Es un libro.
—¿Qué libro? —dijo Popeye. —Un libro cualquiera. De los que lee la gente. Algunas personas, al menos. —¿Leeusted libros? —preguntó Popeye. La mano del otro se había inmovilizado por encima de la chaqueta. Los dos hombres se contemplaron desde los lados del manantial. La tenue columna de humo del cigarrillo, formando espirales delante del rostro de Popeye, le obligó a torcer la mitad de la cara, creando una máscara tallada en dos expresiones simultáneas. Del bolsillo de detrás del pantalón Popeye sacó unpañuelo sucio y lo extendió en el suelo detrás de sus talones. Luego se sentó con las piernas cruzadas, frente por frente del forastero. Iban a dar las cuatro de la tarde de un día de mayo. Permanecieron así, uno frente a otro, por espacio de dos horas. De cuando en cuando el pájaro cantaba en el pantano, como si se tratara del mecanismo de un reloj; dos veces más, automóviles invisibles pasaron...
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