Estudiante
María Celia Cotarelo*
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Profesora de His tor ia d e l a Un i ve rsi d ad Directora del Programa de In ve sti ga ci ón s obre el Movimie nto
de Buenos Aires (U BA).
de la Sociedad Ar ge ntina (P I MS A) e inte grante d e l G r u p o d e Tr a b a j o His toria Reciente de C LAC SO.
La preservación del ambiente y la explotaciónracional de los recursos naturales constituyen dos de los principales desafíos que enfrenta hoy la humanidad. Ambas cuestiones se encuentran cotidianamente afectadas hoy por la acción el capital financiero. Contaminación del agua, del aire y el suelo; emanación de gases tóxicos y agotamiento de los recursos no renovables, con su secuela de calentamiento global, enfermedades y muertes evitables, sonalgunos de los flagelos que los pueblos están sufriendo. A la vez, la búsqueda de apropiación y control de los recursos estratégicos por parte de los diversos capitales ha llevado al desarrollo de una política de guerra a nivel mundial, impulsada por las potencias imperialistas1. Como parte de una estrategia global, en las últimas décadas el territorio argentino fue apropiado por el capital financieroa través de distintos mecanismos. Uno de ellos fue el proceso de privatización de empresas estatales, a partir del cual Argentina enajenó el control de sus recursos
estratégicos –el petróleo, la electricidad, el agua, el gas, los minerales– y el control de los transportes y las comunicaciones. Capitales estadounidenses y europeos, junto con socios locales, se repartieron el botín, poniendo fina cualquier ilusión de soberanía nacional en las condiciones actuales. Para llegar a esta situación la oligarquía financiera debió destruir las relaciones sociales y políticas dominantes hasta la década de 1970 y construir relaciones nuevas, propias de esta fase de descomposición capitalista2. La realización de su hegemonía en la década de 1990 se manifestó en el consenso alcanzado por laspolíticas neoliberales en la mayor parte de la sociedad. Así, el proceso de privatización de las empresas de servicios públicos fue apoyado con entusiasmo por amplios sectores de la población, incluyendo algunas de las fracciones obreras directamente afectadas. La lucha de los trabajadores que ofrecieron resistencia –como ferroviarios, telefónicos y siderúrgicos– fue derrotada en condiciones de profundoaislamiento social. Sin embargo, a pesar de esta relación de fuerzas desfavorable para la clase obrera y el pueblo en general, distintas fracciones sociales se movilizaron contra los efectos de esas políticas neoliberales, conformando un proceso de rebelión iniciado en el motín de Santiago del Estero en diciembre de 1993, y que tuvo su punto culminante en la insurrección espontánea de diciembre de2001 (Iñigo Carrera y Cotarelo, 2003). En este trabajo nos referiremos a algunos hechos que formaron parte de este proceso: las protestas que ocurrieron en las llamadas “ciudades petroleras” como consecuencia de la destrucción de relaciones sociales y su reconstrucción en nuevas condiciones a partir de la privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), y las protestas populares endefensa del ambiente ante la acción de empresas que ponen en peligro la vida de las generaciones presentes y futuras. Si bien son diferentes, ambas protestas tuvieron en común el rechazo a hechos que refieren a la destrucción de fuerzas productivas por parte del capital, en un caso por la expulsión de fuerza de trabajo, y en el otro por la destrucción de recursos esenciales para la vida humana.Protestas en las “ciudades petroleras” Durante décadas el estado nacional tuvo el monopolio en la exploración y explotación del petróleo a través de YPF, empresa considerada por el pueblo como un baluarte y símbolo de soberanía nacional. Sus trabajadores se consideraban parte de la “familia ypefiana”. Solían ingresar desde jóvenes y trabajaban allí hasta jubilarse, y en muchas ocasiones sus hijos...
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