Eternidad
HISTORIA DE LA ETERNIDAD
...Supplementum Livii; Historia infinita temporis
atque aeternitatis.. .
QUEVEDO:
Perinola, 1632.
. .. nor promise that they would become in
general, by learning criticism, more useful,
happier, or wiser.
JOHNSON:
Preface to Shakespeare, 1765.
PRÓLOGO
Poco diré de la singular "historia de la eternidad" que da nombre a estaspáginas. En el
principio hablo de la filosofía platónica; en un trabajo que aspiraba al rigor cronológico,
más razonable hubiera sido partir de los hexámetros de Parménides ("no ha sido nunca
ni será, porque ahora es"). No sé cómo pude comparar a "inmóviles piezas de museo"
las formas de Platón y cómo no sentí, leyendo a Escoto Erígena y a Schopenhauer, que
éstas son vivas, poderosas y orgánicas.Entendí que sin tiempo no hay movimiento
(ocupación de lugares distintos en momentos distintos); no entendí que tampoco
puede haber inmovilidad (ocupación de un mismo lugar en momentos distintos).
Dos artículos he agregado que complementan o rectifican el texto: La metáfora, de
1952; El tiempo circular, de 1943.
El improbable y acaso inexistente lector a quien le interesen Las kenningar puedeinterrogar el breviario Antiguas literaturas germánicas, que publiqué en Méjico en
1951, con la colaboración de Delia Ingenieros.
El mérito o la culpa de la resurrección de estas páginas no tocará por cierto a mi
karma, sino al de mi generoso y tenaz amigo José Edmundo Clemente.
J. L. B.
Buenos Aires, 24 de mayo de 1953.
HISTORIA DE LA ETERNIDAD
I
En aquel pasaje de las Enéadas quequiere interrogar y definir la naturaleza del
tiempo, se afirma que es indispensable conocer previamente la eternidad, que -según
todos saben- es el modelo y arquetipo de aquél. Esa advertencia liminar, tanto más
grave si la creemos sincera, parece aniquilar toda esperanza de entendernos con el
hombre que la escribió. El tiempo es un problema para nosotros, un tembloroso y
exigente problema,acaso el más vital de la metafísica; la eternidad, un juego o una
fatigada esperanza. Leemos en el Timeo de Platón que el tiempo es una imagen móvil
de la eternidad; y ello es apenas un acorde que a ninguno distrae de la convicción de
que la eternidad es una imagen hecha con sustancia de tiempo. Esa imagen, esa burda
palabra enriquecida por los desacuerdos humanos, es lo que me propongo historiar.Invirtiendo el método de Plotino (única manera de aprovecharlo) empezaré por
recordar las oscuridades inherentes al tiempo: misterio metafísico, natural, que debe
preceder a la eternidad, que es hija de los hombres. Una de esas oscuridades, no la
más ardua pero no la menos hermosa, es la que nos impide precisar la dirección del
tiempo. Que fluye del pasado hacia el porvenir es la creenciacomún, pero no es más
ilógica la contraria, la fijada en verso español por Miguel de Unamuno:
Nocturno el río de las horas fluye
desde su manantial que es el mañana
eterno...
Ambas son igualmente verosímiles -e igualmente inverificables. Bradley niega las dos y
adelanta una hipótesis personal: excluir el porvenir, que es una mera construcción de
nuestra esperanza, y reducir lo "actual" a laagonía del momento presente
desintegrándose en el pasado. Esa regresión temporal suele corresponder a los
estados decrecientes o insípidos, en tanto que cualquier intensidad nos parece marchar
sobre el porvenir... Bradley niega el futuro; una de las escuelas filosóficas de la India
niega el presente, por considerarlo inasible. La naranja está por caer de la rama, o ya
está en el suelo, afirmanesos simplificadores extraños. Nadie la ve caer.
Otras dificultades propone el tiempo. Una, acaso la mayor, la de sincronizar el tiempo
individual de cada persona con el tiempo general de las matemáticas, ha sido harto
voceada por la reciente alarma relativista, y todos la recuerdan -o recuerdan haberla
recordado hasta hace muy poco. (Yo la recobro así, deformándola: Si el tiempo es un...
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