etica nicomaquea
Ética Nicomaquea de Aristóteles
LIBRO I
DEL BIEN HUMANO EN GENERAL
Todo arte y toda investigación científica, lo mismo que toda acción y elección parecen tender a algún bien; y por ello definieron con toda pulcritud el bien los que dijeron ser aquello a que todas las cosas aspiran.
Los fines de todas las disciplinas gobernadoras sonpreferibles a los de aquellas que les están sujetas, pues es en atención a los primeros por lo que se persiguen los demás. Y nada importa a este respecto que el fin de la acción sea tan sólo la misma actividad u otra cosa a más de ella, como en las ciencias sobredichas.
Si existe un fin de nuestros actos queridos por sí mismo, y los demás por él; y si es verdad también que no siempre elegimos unacosa en vista de otra. Es claro que ese fin último será entonces no sólo el bien, sino el bien soberano.
Desde el momento que la política se sirve de las demás ciencias prácticas y legisla sobre lo que debe hacerse y lo que debe evitarse, el fin que le es propio abraza los de todas las otras ciencias, al punto de ser por excelencia el bien humano.
No debemos buscar la misma precisión en todoslos conceptos, como no se busca tampoco en la fabricación de objetos artificiales. Lo bueno y lo justo, de cuya consideración se ocupa la ciencia política, ofrecen tanta diversidad y tanta incertidumbre que ha llegado a pensarse que sólo existen por convención y no por naturaleza. Y los bienes particulares encierran también por su parte la misma incertidumbre ya que para muchos son ocasión deperjuicio: hay quienes han perecido por su riqueza y otros por su valentía.
Cada cual juzga acertadamente de lo que conoce, y de estas cosas es buen juez. Pero así como cada asunto especial demanda una instrucción adecuada juzgar en conjunto sólo puede hacerlo quien posea una cultura general.
Cuál es el bien a que tiende la ciencia política y que será, por tanto, el más excelso de todos los bienes enel orden de la acción humana. La mayoría como los espíritus selectos llaman a ese bien la felicidad, y suponen que es lo mismo vivir bien y obrar bien que ser feliz.
El hecho de que los razonamientos diferirán según que se parta de los primeros principios o que se tienda a ellos como a término final. En esta materia el principio es el hecho, y si éste se muestra suficientemente, no será yanecesario declarar el porqué.
El bien y la felicidad son concebidos por lo común a imagen del género de vida que a cada cual le es propio. La multitud y los más vulgares ponen el bien supremo en el placer, y por esto aman la vida voluptuosa.
La mayoría de los hombres muestran tener decididamente alma de esclavos al elegir una vida de bestias. El honor sin embargo parece ser un bien harto superficialpara ser el que buscamos nosotros. Los que persiguen los honores lo hacen al parecer para persuadirse a sí mismos de su propia virtud. La virtud es un bien superior a la honra.
El sacrificio de lo que más de cerca nos toca por la salvación de la verdad, sobre todo si somos filósofos, es deber sagrado reverenciar la verdad de preferencia a la amistad.
En nada difieren entre sí; y siendo así,tampoco diferirán el bien absoluto y los bienes particulares en tanto que bienes.
Sólo los bienes que se persiguen y aman por sí mismos se llaman bienes por referencia a una Forma; y que, en cambio, aquellas cosas que producen esos bienes, o que de algún modo los conservan, o que previenen lo que les es contrario, no son llamadas bienes sino relativamente a los primeros y en otro sentido. Los bienessegún una doble acepción: unos por sí mismos, otros por razón de aquellos.
No es el bien un término general regido por una Idea singular.
El bien parece ser diferente según las diversas acciones y artes, en cada acción y elección el fin. Los fines son fines finales; pero el bien supremo debe ser evidentemente algo final. Lo absolutamente final declaramos ser aquello que es apetecible siempre...
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