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El Imperio Romano Oriental heredó, tras la división por la muerte de Teodosio, la cultura y la medicina griegas. En su afán por recuperar, o no perder los conocimientos clásicos la cultura bizantina ejerció una función fundamental recopilando y catalogando lo mejor de las tradiciones griega y romana, realizando, en cambio, pocas aportaciones novedosas.El médico personal deJuliano el Apóstata, Oribasio de Pérgamo (325-403 d. C.) recogió en 70 volúmenes (Las Sinagogas médicas) todo el saber médico hasta esa fecha. Con el consejo de Oribasio, Juliano estableció la obligatoriedad de obtener a través de un examen una licencia (symbolon) oficial para ejercer la medicina.Siguiendo con ese espíritu compilador pero poco innovador, encontramos a Alejandro de Trales (hermanodel arquitecto de la basílica de Santa Sofía), o a Aetius de Amida, en el siglo VII.El médico más notable de este período fue Pablo de Egina, autor de Epítome, Hypomnema o Memorandum, siete volúmenes que recogen los conocimientos de medicina, cirugía y obstetricia. Entre sus aportaciones, destacan la descripción de los pólipos nasales o del líquido sinovial de las articulaciones, y describióalgunas técnicas quirúrgicas novedosas, como una técnica para extirpar costillas.Se fundaron varias escuelas médicas, como la Stoa Basilike (Escuela de Artes Liberales, en Constantinopla), o la escuela de Nibisis, en Siria, cuna de médicos como Zenón de Chipre, Asclepiodoto o Jacobo Psicresto, y en el siglo V Teodosio II funda un centro de formación intelectual y destina varios edificios públicos a lacuración de enfermos.Se conserva constancia de la existencia de algunos otros médicos y cirujanos de cierto relieve: Meletio, del siglo VII, autor de Sobre la constitución del hombre; Teófanes Nonno (siglo X); Miguel Psellos y Simeón Seth en el siglo XI; o, entre los siglos XII y XIII, Sinesio, Teodoro Pródromo o Nicolás Myrepso.La razón del estancamiento de nuevos avances en medicina a partir deeste período y durante la Edad Media responde a la importancia creciente del cristianismo en la vida política y social, reacio al concepto helénico de ciencia natural y más proclive a una visión determinista (teocentrista) de la enfermedad.La división del Imperio Romano en el año 395 en dos imperios, el de Oriente con su capital Bizancio, fundada por los griegos en 658 a.C. conquistada por losromanos en 196 a.C. la ciudad de las mil cúpulas, rival de Roma por su esplendor, belleza, cultura y poderío militar y económico que duró más de mil años. El Emperador Constantino cambió el nombre de Bizancio a Constantinopla, superó a todas las culturas anteriores en el refinamiento del arte decorativo, en la suntuosidad de las ceremonias religiosas, seguidores de la cultura griega y latina, esteimperio profundamente cristiano que siguió el flujo del saber médico greco – latino asimiló la medicina monástica, pero también con sus exponentes propios, asimiló también la influencia del entorno como la medicina árabe, pero por su poder, Bizancio influyó desde el siglo V d.C. hasta la toma de Constantinopla por los turcos en 1453, durante este tiempo la medicina bizantina se volvió a refugiar enlas compilaciones médicas, que atesoraban los monasterios, los eruditos bizantinos no dejaron de estudiar, copiar, y traducir los clásicos griegos, Bizancio formado por europeos, asiáticos y africanos con lengua común: el griego – bizantino, profundamente cristianos, económicamente poderoso, la medicina se hizo religiosa, porque la religión dominaba toda la organización. La medicina bizantina, noshace acordar de Oribasio de Pérgamo, (325 – 403 d.C.) autor de "La Gran Sinagoga" o Enciclopedia de la Medicina, describe la simiología de las lesiones a diferentes alturas de la médula, el más importante médico bizantino, médico del emperador Juliano, quien bajo su influencia, establece la obligación de poseer licencia para ejercer la medicina. Oribasio escribió 70 obras, su "Euporista",...
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