Fulanita
En los años sesenta Joseph Ratzinger (actualmente conocido como Benedicto XVI) elaboró un documento conocido con el nombre de “crimen sollicitationis” (delito desolicitación) el cual fue remitido a todos los obispos, explicando el procedimiento que se debía seguir en casos de abusos sexuales por parte del personal de la iglesia católica, estableciéndose que quien sufrióun abuso no podía hablar del caso, al estar bajo secreto de confesión.
En el año 2001, Ratzinger reformuló el documento, siendo la única variación que ahora el vaticano era quien debía conocer ydecidir sobre el caso. En esa época habían sido denunciados numerosos casos de pederastia en Estados Unidos e Irlanda, al mismo tiempo pudo confirmarse que los obispos habían protegido a sacerdotes quehabían cometido abusos sexuales hacia fieles (en su mayoría niños y niñas) enviando al cura victimario a otra parroquia. Por otro lado se obligaba a la victima al silencio presionándolo ypersiguiéndolo, con la excusa del secreto de confesión y en caso que esto no se cumpliera se lo excomulgaba a modo de castigo, siendo esto último de gran importancia para aquellas personas pertenecientes a familiasmuy religiosas.
En caso de descubrirse el hecho, los obispos argumentaban que el cura acusado de abuso había sido trasladado por encontrarse “ya curado”, siendo el resultado de esto la perpetuaciónde los casos de abuso a una gran cantidad de niños.
A raíz de esto último, en Estados Unidos se creó una comisión interna para enfrentarse a los casos, en esta oportunidad, un fiscal narró como laiglesia le puso trabas continuas durante la investigación, explicando que el procedimiento habitual de los obispos era remitir todas las pruebas condenatorias al nuncio del país (embajador del Vaticano,con inmunidad diplomática y no investigable), y de esta forma hacen desaparecer los datos importantes. Este fiscal consiguió pruebas que condenaron a ocho sacerdotes y logró una declaración por...
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