glucocorticoides
.Funciones y efecto metabólico de los glucorticoides
Regulación de carbohidratos y proteínas
Estimulan la gluconeogenesis y el almacenamiento de glucógeno
Aumenta la proteólisis y la lipolisis, e inhibe la síntesis proteica
Reduce la sensibilidad de los tejidos a la insulina (disminuye el aprovechamiento de la glucosa)
.
Efecto de glucocorticoides sobre lahomeostasis del agua
La insuficiencia suprarrenal se caracteriza por la imposibilidad de excretar una carga de agua; por ello, surge la posibilidad de intoxicación hídrica
Este déficit se suprime únicamente con glucocorticoides.
Efecto de glucocorticoides sobre las células sanguíneas
.Los glucocorticoides disminuyen el numero de eosinofilos circulantes al incrementar su captura en el bazo y pulmones.Reduce la cantidad de basofilos y linfocitos circulantes
Eleva la cantidad de neutrofilos, plaquetas y eritrocitos
.Efectos antiinflamatorios y antialergenicos de los glucocorticoides
Inhibe la síntesis de interleucina II (inhibe la proliferación de linfocitos T)
Induce la síntesis de lipocortina, que inhibe a la enzima fosfolipasa, necesaria para la síntesis de prostaglandinas yleucotrienos
Inhibe la liberación de histamina y serotonina.Dos enfermedades conllevan, por igual y con la misma aparatosidad, el peso
agobiador de la metáfora: la tuberculosis y el cáncer.
Las fantasías inspiradas por la tuberculosis en el siglo XIX y por el cáncer hoy, son
reacciones ante enfermedades consideradas intratables y caprichosas —es decir,
enfermedades incomprendidas— precisamente enuna época en que la premisa básica de
la medicina es que todas las enfermedades pueden curarse. Las enfermedades de ese tipo
son, por definición, misteriosas. Porque mientras no se comprendieron las causas de la
tuberculosis y las atenciones médicas fueron tan ineficaces, esta enfermedad se presentaba
como el robo insidioso e implacable de una vida. Ahora es el cáncer la enfermedad queentra sin llamar, la enfermedad vivida como invasión despiadada y secreta papel que hará
hasta el día en que se aclare su etiología y su tratamiento sea tan eficaz como ha llegado a
serlo el de la tuberculosis.
Aunque la mitificación de una enfermedad siempre tiene lugar en un marco de
esperanzas renovadas, la enfermedad en sí (ayer la tuberculosis, hoy el cáncer) infunde un
terrortotalmente pasado de moda. Basta ver una enfermedad cualquiera como un
misterio, y temerla intensamente, para que se vuelva moralmente, si no literalmente,
contagiosa. Así, sorprende el número de enfermos de cáncer cuyos amigos y parientes los
evitan, y cuyas familias les aplican medidas de descontaminación, como si el cáncer, al
igual que la tuberculosis, fuera una enfermedad infecciosa. Elcontacto con quien sufre una
enfermedad supuestamente misteriosa tiene inevitablemente algo de infracción; o peor,
algo de violación de un tabú. Los nombres mismos de estas enfermedades tienen algo así
como un poder mágico. En Annance, de Stendhal (1827), la madre del héroe rehúsa decir
«tuberculosis», no vaya a ser que con sólo pronunciar la palabra acelere el curso de la
enfermedadde su hijo. Y Karl Menninger, en The Vital Balance, ha observado que «la
misma palabra “cáncer” dicen que ha llegado a matar a ciertos pacientes que no hubieran
sucumbido (tan rápidamente) a la enfermedad que los aquejaba». Esta observación la hace
en apoyo de las beaterías antiintelectuales y esa compasión fácil tan ampliamente
difundidas en la medicina y la psiquiatría contemporáneas.«Los pacientes que vienen a
vernos con sus sufrimientos, sus miserias y su invalidez», sigue diciendo, «tienen todo el
derecho de ofenderse si se les pone una etiqueta condenatoria». El doctor Menninger
aconseja a los médicos que no usen «nombres» ni «etiquetas» («nuestra función es la de
ayudar a la gente, no la de contribuir a afligirla») —lo cual, concretamente, es decirle a los...
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