Hipotesis descubrimiento de América por los chinos
Seguimos ahora los pasos de Paul Gallez en La Cola del Dragón – América del Sur en los mapas antiguos, medievales y renacentistas. La hipótesis china se apoya en la expresión de Ptolomeo en su Geographike Hyphegesis: Kattigara, fondeadero de los chinos. El viaje podía utilizar la corriente circular del Pacífico meridional que va de Australia hacia Sudamérica por el sur. Lamisma corriente circular podía también utilizarse para la vuelta desde el Perú hacia las Molucas, en un clima mucho más benigno que para el viaje de ida.
Estos datos, deducidos del documento alejandrino, se hallan confirmados por los Anales de China, en particular por los de la dinastía Han, que cuentan que en 219 a.J.C. el emperador Shih-Huang-Ti envió “una expedición de jóvenes de ambos sexosa un país maravilloso situado muy lejos al este, allende los mares, llamado Fu-Sang. Los jóvenes se quedaron allí y vivieron felices”.
La hipótesis del Fu-Sang halla confirmación en otra sección de los Anales de China, la que se refiere al siglo V de nuestra era. Según Ma-Twan-Lin, el sacerdote budista Hwui-Shin volvió de Fu-Sang en el año 499 [Richard Hennig: "Terrae Incognitae",4 vol.Leiden, 1950]. Describió este país situado a 20.000 lis (Lí: medida itinerante china, equivale a 576 metros) hacia el oriente, con sus habitantes, sus costumbres, las casas, los árboles, los animales. Hwui-Shin explica que el Fu-Sang está situado “en la costa oriental del mar oriental”; es decir, en la costa americana del Océano Pacífico, según lo afirma Tun-Fang-Soh [Gustav Schlegel: Fu-Sang Kouo, lepays de Fu-Sang. Extrait du Toung – Pao, III 2. Leiden, Brill 1892]. Curiosamente, en la enciclopedia china San-ts’ ai t’u-hui presenta el dibujo de un hombre de Fusang que ordeña una llama [Gustave Schlegel, op. cit. 127]. “¿Quiere uno una prueba más clara de la identificación de Fu-Sang con el Perú?” se pregunta Jane et al. Wheeler Pires Ferreira [Domesticación de los camélidos en los Andescentrales durante el periodo precerámico. Journal de la Société des Americanistes LXIV 155-156. Paris, 1977].
CHINOS EN AMÉRICA
Continuamos con Paul Gallez en Predescubrimientos de América (pp. 61-64, Bahía Blanca, 2001). Dice el autor que numerosos orientalistas del pasado discutieron con pasión la localización de Fu-Sang. El primero fue Joseph de Guignes [Le Fou Sang des Chinois est ell’Amerique? Memoires de l’Académie des Inscriptions et Belles Lettres, tome 28, Paris, 1761], quien tomando al pie de la letra la expresión “al este de China” situó a Fu-Sang en México. Durante todo el siglo XIX apoyaron o atacaron esta tesis Neumann, de Paravey, Eichtal, Leland, Hervé Saint Denis, Klaproth, Vivien de Saint Martín, Bretschneider, Schlegel, Dall, Müller y Chamberlain. Casi todos alemaneso franceses que vivían en Paris. El estudio más importante es el de Edward Winning [An inglorious Columbus or evidence that Hwishin and a party of Budhist monks of Afghanistan discovered America in the fith century. New York, Appleton, 1885], que aporta numerosos argumentos nuevos y poderosos a favor de la tesis original de Guignes.
Es increíble -señala Gallez- como la pasión se apodera dealgunos hombres de ciencia, sin que medie ningún interés material. Solamente está en juego el prestigio científico de los que “se niegan a comulgar con ruedas de molino” contra los que “están liberados de las mezquindades y las tradiciones del oscurantismo”. Para consuelo nuestro, prosigue, la ciencia actual está más libre para proponer soluciones heterodoxas; es decir, novedosas. Los elementosantropológicos de América apuntan a los mongoloides, afirma, no a los chinos. Queda mucho por estudiar sobre estos temas.
ANCLAS CHINAS DE PIEDRA EN PALOS VERDES (CALIFORNIA)
Àncores xineses / Anclas chinas / Xinese anchors (Cortesía: Fundació Jaume I, Nadal, 1991)
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