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HISTORIA DE LA SEXUALIDAD

INTRODUCCIÓN
Hablando en sentido estricto, este capítulo debería abarcar más que los últimos ciento cincuenta años, por una precisión conceptual, ya que el término “sexualidad” -como concepto englobador de fenómenos biológicos, psíquicos y sociales-, es sumamente moderno. No sólo en su significación sino también en su uso.
Cuando nosotros, hombres educados hoy,aquí y ahora, analizamos la sexualidad, distinguimos tres funciones básicas: una, reproductiva de la especie, otra reproductiva y mantenedora de lo social y la tercera, individual, básicamente de placer. Sin embargo, para ninguna otra civilización o cultura ha sido así.
Incluso en Europa Occidental, hasta el siglo XVIII -el término “sexualidad” se comenzó a usar en el siglo XIX-, lo más cercanoa nuestro concepto era el término “sexual”. Pero éste significaba solamente las diferencias anatómicas entre los sexos, biológicamente determinadas. Y no podemos interpretar esta carencia como pobreza de vocabulario, ya que en el siglo XVI la lengua francesa contaba con unas trescientas expresiones para nombrar y diferenciar las relaciones sexuales y cuatrocientas referidas a los genitales.
Laimportancia que tiene el momento en que se acuña un término y se generaliza su uso, es que expresa un cambio de mentalidad, producto de una nueva configuración cultural, coherente a su vez, con una nueva formación social. En este caso, la nueva cultura de la que estamos hablando es la producida por la sociedad industrial 1. Así, si bien las funciones que englobamos en el concepto de “sexualidad”las encontramos en toda cultura, la forma en que se vivían era profundamente diferente a la nuestra; diferencias que corren peligro de no distinguirse si aplicamos superficialmente nuestra óptica moderna.
Generalizando, podemos decir que en la antigüedad las tres funciones estaban netamente separadas. un placer por prácticas de amplio espectro -como decimos hoy- (función individual); una religióncargada de ritos orgiásticos y de comunidad sexual (función social); una política de alianzas que fundamentaba las relaciones de parentesco (función reproductiva)2.
En la llamada Edad Media encontramos ya las dos últimas funciones indiferenciadas. La función reproductiva totalmente cargada a la función social, regidas ambas por leyes económicas explícitas y expresadas en la institucionalizaciónde los linajes; pero la función individual es todavía independiente. La satisfacción sexual es considerada natural y necesaria para la conservación de la salud. El placer nada tiene que ver con las alianzas y las relaciones instituidas. Incluso cuando tardíamente surge el amor (como lo entendemos nosotros: amor-pasión, fundamento de la pareja), es considerado inmoral, mal visto o como mínimoinconveniente mezclar el amor y el casamiento -y eso hasta pleno siglo XVIII-.
Si analizamos ahora nuestra propia cultura, no creo que hayamos ganado mucho: se encuentra todo integrado, pero negativamente. La función individual del placer se considerado, por lo menos, crea sentimientos de culpa; la principal función social de la sexualidad es el mantenimiento del sistema (incluyendo aquí desde lapareja monogámica eterna hasta el erotismo publicitario); y la función reproductiva es un deber, conceptivo o anticonceptivo, dependiendo de la óptica (religiosa o estatal) y del lugar del mundo donde uno se encuentre.
Aquí llegamos a otro punto que conceptualmente debemos aclarar. Cuando decimos “negativamente” lo hacemos considerando la mayor o menor libertad sexual de una cultura. Asimismo,definimos el grado de libertad sexual como el margen de elección individual entre varios comportamientos, todos admitidos. Si aplicamos este concepto como indicador en el análisis de las distintas culturas históricas, encontramos que nuestra sociedad -entendiendo por ella los últimos doscientos años del llamado “mundo occidental”- es única. Ninguna otra cultura histórica había reducido el “abanico”...