Historia De La Infancia
Lloyd Demause
La historia de la infancia es una pesadilla de la que hemos empezado a despertar hace muy poco. Cuanto más
se retrocede en el pasado, más bajo es el nivel de la puericultura y más expuestos están los niños a la muerte
violenta, el abandono, los golpes, el terror y los abusos sexuales. Nos proponemos aquí recuperar cuanto
podamos de la historia de lainfancia a partir de los testimonios que han llegado hasta nosotros.
Si los historiadores no han reparado hasta ahora en estos hechos es porque durante mucho ti empo se ha
considerado que la historia seria debía estudiar los acontecimientos públicos, no privados. Los historiadores
se han centrado tanto en el ruidoso escenario de la historia, con sus fantásticos castillos y sus grandes batallas,que por lo general no han prestado atención a lo que sucedía en los hogares y en el patio de recreo. Y mientras
los historiadores suelen buscar en las batallas de ayer las causas de las de hoy, nosotros en cambio nos
preguntamos cómo crea cada generación de padres e hijos lo s problemas que después se plantean en la vida
pública.
A primera vista esta falta de interés por la vida de los niñosresulta extraña. Los historiadores se han dedicado
tradicionalmente a explicar la continuidad y el cambio en el transcurso del tiempo, y desde Platón se ha
sabido que la infancia es una de las claves para ello. No se puede decir que fuese Freud quien descubrió la
importancia de las relaciones padre-hijo para el cambio social; la frase de san Agustín, “Dadme otras madres
y os daré otro mundo”,ha sido repetida por grandes pensadores durante quince siglos sin influir en la
historiografía. Por supuesto, a partir de Freud nuestra visión de la infancia ha adquirido una nueva dimensión,
y en los últimos cincuenta años el estudio de la infancia ha sido habitual para el psicólogo, el sociólogo y el
antropólogo. Sólo está empezando a serlo para el historiador. Esta deliberada evitaciónexige una explicación.
Los historiadores atribuyen a la escasez de fuentes la falta de estudios serios sobre la inf ancia. Peter Laslett se
pregunta por qué las “masas y masas de niños pequeños están extrañamente ausentes de los testimonios
escritos... Hay algo misterioso en el silencio de esas multitudes de niños en brazos, de niños que empiezan a
andar y de adolescentes en los relatos que loshombres escribían en la época sobre su propia experiencia... No
podemos saber si los padres ayudaban a cuidar a los niños... Nada se sabe aún de lo que los psicólogos llaman
control de esfínteres... En realidad, hay que hacer un e sfuerzo mental para recordar continuamente que los
niños estaban siempre presentes en gran número en el mundo tradicional; casi la mitad de la comunidad
viviendo enuna situación de semisupresión”. [1] Como señala James Bossard, sociólogo de la familia: “Por
desgracia, la historia de la infancia no se ha escrito nunca, y es dudoso que se pueda escribir algún día, debido
a la escasez de datos históricos acerca de la infancia”. [2]
Esta convicción es tan firme entre los historiadores que no es de extrañar que el presente libro se iniciara no
en la esfera dela historia, sino en la del psicoanálisis aplicado. Hace cinco años yo estaba escribiendo un libro
sobre una teoría psicoanalítica del cambio histórico y, al examinar los resultados de medio siglo de
psicoanálisis aplicado, me pareció que éste no había llegado a s er una ciencia sobre todo porque no había
adquirido carácter evolutivo. Dado que la repetición compulsiva, por definición, no puedeexplicar el cambio
histórico, todos los intentos realizados por Freud, Roheim, Kardiner y otros autores para desarrollar una teoría
del cambio acabaron en una estéril polémica del huevo o la gallina sobre si la educación de los niños depende
de los rasgos culturales o a la inversa. Se demostró una y otra vez que las prácticas de crianza de los niños son
la base de la personalidad adulta; el...
Regístrate para leer el documento completo.