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IHV0102-2

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9 septiembre, 2009.

Terminada la revolución de independencia sobrevino una reacción del espíritu colonial y de los intereses que esa revolución había humillado.
Stanley y Barbara Stein nos ofrecen un argumento claro respecto del “gatopardismo” producido en Latinoamérica. Si bien hubo una destrucción de la estabilidad social y del monopolio de la fuerzaconcentrada por la metrópoli, fue más bien el reemplazo de una sociedad elitista en manos de una clase a otra, una movilidad superficial. Amplios poderes discrecionales del Jefe del Ejecutivo por sobre el Legislativo y el Judicial, jurisdicciones eclesiásticas y militares, administraciones locales y regionales con debilidad política, magnates regionales con concentración de poder, cargos públicos usadospara repartir fondos y el soborno en reemplazo de la eficiencia administrativa son todos reflejo de la herencia colonial. La explicación a esta tesis parte de la noción de que el componente criollo del grupo peninsular fue el que comenzó y dominó el movimiento por la independencia, por lo cual, su mayor aspiración fue sustituir el dominio y la conservación ibérica de las estructuras políticas ysociales, proyectando cambios más bien superficiales.
Dentro de la nueva organización republicana se insertaron mecanismos aceptables para mantenerse como clase dirigente, incluyendo los grupos medios (blancos, mulatos, mestizos, etc.). El sistema de contención política y social concernía a dos grupos principalmente, siendo la mayoría la fuerza de trabajo rural. A éstos últimos se leshicieron muchas promesas, se incitó un espíritu de igualdad en el indigenismo, se promocionó una apertura social con participación política e ideales democráticos, todo esto para ganar su “apoyo”, pero luego no fueron cumplidas, llevando a la práctica las mismas pautas de represión utilizadas en la colonia.
La perpetuación de un agudo sistema de dos clases en el campo y la omisión de resolver lastensiones sociales llevaron al pleno surgimiento de un elemento político que había estado latente en el régimen colonial: el dirigente político rural, el caudillo, con quien los gobiernos centrales debían llegar a acuerdos, pues eran tan respetados como si fuesen gobiernos verdaderos y legítimos.

En cuanto a la conformación de la nueva elite se logran apreciar ciertas variaciones. Dela estructura tradicionalistas-realistas-ricos se pasó a la de conservadores-liberales, los primeros compuestos por los antiguos tradicionalistas y realistas, y los segundos por los radicales y moderados de realistas e insurgentes. Igualmente importante es reconocer las diferencias existentes dentro de estos estamentos sociales, según sus intereses, modelos de gobierno a los que defendían, ya seael monárquico constitucional (España o Inglaterra) o el republicano representativo (Estados Unidos), y finalmente, el tipo de república que querían conformar (la mayoría de los países eligieron este régimen), si federal o unitaria, presidencial o parlamentaria, popular o elitista, democrática o aristocrática y liberal o conservadora.
Independientemente, existían elementos básicoscompartidos: fuertes ejecutivos con grandes poderes discrecionales, facultad de declarar estado de sitio, nombramiento centralizado de autoridades regionales y el control de las elecciones. Además, aquellos que quisieran ejercer el derecho a sufragio requerían de altos ingresos, quedando capacitados para hacerlo un porcentaje muy menor de entre el 2 al 4% de la población del siglo XIX.
Es así comoqueda de manifiesto que a pesar de las estructuras republicanas adoptadas por la mayoría de las ex colonias españolas, en ningún caso se consideraron democratizantes y mucho menos democráticas. Más bien eran de carácter oligárquicas y centralizadas.
La perpetuación y estratificación de la nueva elite favoreció a la estabilidad social, pues la rigidez y el exclusivismo dominaban. Si bien hubo...