Joha
CONTRA LA LECTURA ADAPTACIONISTA DE LAMARCK*
GUSTAVO CAPONI
Departamento de Filosofía
Universidad Federal de Santa Catarina
gustavocaponi@newsite.com.br
RESUMEN
Lo que habitualmente se considera como la teoría lamarckiana de la adaptación no es más que un recurso para explicar el hecho de que las formas vivas particulares presentanpeculiaridades morfológicas que no nos permiten alinearlas como eslabones contiguos de una serie de complejidad o perfección creciente.
Lamarck no quería saber cómo hacían los seres vivientes para adaptarse al ambiente y sobrevivir; lo que él quería saber era por qué esos seres no subían lineal y ordenadamente por la escala del ser. Lamarck no dijo tampoco que las formas vivas, además de tornarseprogresivamente más complejas, debían también ser viables y que por eso era menester completar su explicación de esa tendencia a la complejidad creciente con una explicación de
* En el presente trabajo retomo parte de los asuntos discutidos en “Retorno a Limoges: la adaptación en Lamarck”. Asclepio 58 (1), 2006 (en prensa).He agregado, sin embargo, ciertas consideraciones sobre la vinculación delas tesis de Lamarck con las de Buffon y ciertas precisiones sobre la oposición que aquél hace entre naturaleza y circunstancias queme parecen, en ambos casos, bastante importantes para entender el malentendido implicado en la lectura adaptacionista de su pensamiento.Quiero insistir, por otra parte, en el hecho de que, aun cuando mi trabajo tenga su raíz en la interpretación no-adaptacionista deLamarck esbozada por Limoges en La Selección Natural, mi argumento en favor de ella es totalmente diferente e independiente del ensayado por ese autor.
esa viabilidad. Eso es lo que tal vez nosotros agregaríamos en estos tiempos darwinianos en los que siempre vemos al viviente asediado por un ambiente que lo amenaza con la extinción. Pero ese no era el caso de Lamarck. Él era tributario de unaidea de economía natural en la cual la guerra entre los seres vivos sólo podía tender a la manutención de cierto equilibrio u orden en el cual las razas de los cuerpos vivos subsisten todas pese a sus variaciones; y por eso, lo que hoy llamaríamos la viabilidad ecológica del viviente no planteaba para él ningún interrogante ni merecía mayores explicaciones. Lo que sí merecía explicación
era laconstante perturbación del orden natural y para explicarla Lamarck apeló a las circunstancias. Pero las modificaciones de los perfiles orgánicos producidas por esas circunstancias no eran para él nada semejante a lo que hoy caracterizaríamos como respuestas a las exigencias del medio. Ellas no tenían por qué redundar en alguna ventaja para sus portadores; y es por eso que
su posible utilidad no eranunca considerada en los análisis y en las explicaciones de Lamarck. Lejos de ser pensadas como recursos para enfrentar las circunstancias, esas modificaciones eran consideradas como marcas o como deformaciones producidas por las condiciones en las que se desarrollaban las diferentes formas de vida. En sus escritos Lamarck mencionó, es cierto, múltiples
peculiaridades morfológicas que hoyconsideraríamos ejemplos de adaptaciones; pero esos ejemplos no son allí interpretados de ese modo. La singularidad morfológica puede ser hoy un indicio poderoso de adaptación; pero no lo era para Lamarck. Para él, esa singularidad merecía y podía ser explicada: merecía serlo en tanto la misma constituyese una anomalía en relación a las series zoológica y botánica; y podía serlo apelando a los fenómenosfisiológicos que la acción de las circunstancias podía desencadenar en los organismos individuales. Pero esa explicación no presuponía ni apelaba a la supuesta utilidad que el rasgo en cuestión pudiese eventualmente comportar.
Como todos sabemos, hay en Lamarck (1815, 134) dos fuerzas trasformadoras de los perfiles orgánicos: por un lado está el propiopoder de la vida “que tiende sin cesar a...
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