Antes de subirme en la pequeña Duke estuve un buen rato mirándola, tocándola, escudriñando sus detalles. Y he de confesar que poco a poco, me fui entusiasmando hastaemocionarme como si fuera un chaval. Me acordé de cuando era jovencito y de cómo pegaba la cara a la luna de los escaparates contemplando a las Honda MBX y Yamaha RD. Las dos motosque cortaban el bacalao a mediados de los ochenta entre los quinceañeros pendientes del A1. Y también, las que arrinconaron definitivamente a las Vespas Primavera “trucadas”, elrefugio de los quemados durante el corto periodo interregno acaecido tras la desaparición de las Montesa Crono y Bultaco Streaker. Todas ellas, motos excitantes y deportivas,que sirvieron como base para copas de promoción y carreras en circuito, de las que salieron los “Aspar”, Cardús, Sito, Crivillé y un largo etcétera de pilotos. Qué tiemposaquellos... Y si a mí, ya con una edad considerable, la Duke ha conseguido emocionarme, no me extraña que a los más jóvenes os haya robado el corazón. Sólo hay que ver suirrupción en el mercado. En tan sólo tres meses ha desbancado a los pesos pesados de la categoría: la Honda CBR125R y la Daelim Roadwin, y además, lo ha hecho con suficiencia. EnKTM España no están dando al abasto para atender la demanda. Han llegado a forzar tanto la maquinaria comercial, que hasta se les han colado algunas DUKE con el “software” deinyección homologado para otros mercados. Un suceso, del que dimos cuenta recientemente en Motos.net, que se resuelve en los concesionarios sin problemas con un simple “up date”en la centralita.
Decido subirme en ella. Doy al contacto y lo primero que leo en el display tras el checking es: “ready to race”… no podía ser de otra forma. Es una KTM.
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