LA CIUDAD, EL CIUDADANO Y EL ORIGEN DE LAS ORDENES MENDICANTES
Europa I – 1º Cuatrimestre 2015
Darío Fernando Suárez – Leg. 130392
“Las luchas de clase y políticas,
la vida económica e incluso las guerras,
estaban reguladas, hasta cierto punto,
por una mano invisible, que no era la
de Adam Smith, sino la de Jesucrito. . .”1
En virtud de la caprichosabúsqueda por revertir los síntomas nihilistas de éste redactor hacia la fe y lograr contraponer a ésta contra su escepticismo, se abordará lo obrante en el epígrafe. Obviamente, no se encontrarán respuestas inmediatas sobre éste particular, no obstante estrechará distancias. De lo general a lo particular se irá estableciendo el porqué: pobreza, vida itinerante y predicación, son los elementos quedefinen la espiritualidad del siglo XIII puesto que el desarrollo de las ciudades de la Europa Medieval había sido grande; el comercio crecía y la gente se enriquecía y la desigualdad social caminaba de la mano con éste crecimiento. Que la acción moral no se basa en normas sino en sentimientos universales, hubiese sido un buen principio de acción o punto de partida para la aparición en escena delas órdenes mendicantes pero como se enuncia en un principio, la mano invisible no es la del filósofo escocés, sino la de Jesucristo pues en los siglos sucesivos a la caída del Imperio Romano de Occidente, el mundo pierde el antiguo orden propio y queda sumido en la incertidumbre. La fe religiosa se convierte en el único punto de estabilidad en éste mundo tan inestable y a los seres humanos de laedad media solo les resta confiar en ella, en su búsqueda de consuelo y esperanza.
La Edad Media, caracterizada por la ausencia de un poder centralizado y al abrigo de un poder feudal fragmentado políticamente, donde cada señor feudal constituye en su propio feudo una suerte de microestado, se vio atravesada entre los siglos XI y XIV en Europa occidental, por transformaciones económicas y socialesque impactaron de sobremanera en el orden feudal. Hubo grandes cambios fortaleciendo el comercio y las ciudades y se fortaleció un nuevo grupo social, la burguesía urbana. Todo ello caracterizó a la Baja Edad Media a partir del siglo XI. En las ciudades, la burguesía, dedicada al comercio y a la producción de artesanías, fue conociendo e imponiendo otras realidades, culturas y formas de vida.
Alos efectos de abordar conceptos y desarrollos sobre las órdenes mendicantes, es preciso situar el contexto moral desplegado para ésta época por la ciudad y el ciudadano medieval.
Jacques Rossiaud destaca que las ciudades son vistas como sede de una humanidad muy particular, censuradas por unos y alabadas por otros; cuando a finales del siglo XII, Richard Devize, Monje de Winchester expone unavisión moralmente apocalíptica sobre la ciudad de Londres:
Esta ciudad de ningún modo me gusta. Reúne personas de toda especie, que vienen de todos los países posibles, toda raza trae aquí sus propios vicios y costumbres. Ninguno puede vivir sin mancharse con cualquier delito. En todos sus barrios abundan repugnantes obscenidades […]. Cuanto más criminal es un hombre, de más consideración goza. Noos mezcléis con el gentío de las posadas. […]. Infinitos son los parásitos. Cómicos, bufones, jovenzuelos afeminados, moros, aduladores, efebos, pederastas, muchachas que cantan y bailan, charlatanes, bailarinas especializadas en la danza del vientre, hechiceros, gente decidida a la extorsión, noctámbulos, magos, mimos, mendigos: ése es el género de personas que atestan sus casas. Así, si noquereis frecuentar malhechores, no vayáis a vivir a Londres. No digo nada contra la gente instruida, contra los religiosos y los judíos. Sin embargo, creo que, al vivir entre canallas, ellos también son más imperfectos que en cualquier otro lugar…
y diametralmente opuesta a la de Guillaume Fitz Stephen, contemporáneo de éste:
“de todas las nobles ciudades del mundo, Londres, trono del reino de...
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