La monja Alferez
¿Qué papel le ha sido impuesto socialmente a la mujer en el periodo del siglo XVII? ¿Cómo se refleja en la literatura? ¿Acaso sigue la norma preestablecida por Catalina de Erauso en “La monja Alférez”? ¿Subvierte los papeles tradicionalmente asociados a los géneros? Y de ser así habría que preguntarse cómo lo hace.
Pero empecemos definiendo algunas ideas. JudithButler en “El género en disputa” afirma sobre este concepto que es lo que uno asume, con independencia que forme parte de la convención social o no. Lo que hace es “ampliar el campo cultural corporal con performances subversivas de diversas clases” (139). Esta teoría rechaza las convenciones binarias impuestas desde la heteronormatividad (por ejemplo: heterosexual vs homosexual; hombre vs mujer;transexualidad vs travestismo, entre otros) pues restringen la capacidad de actuación del ser y lo condicionan.
Para ello, en el presente trabajo se abordan estas cuestiones, hilvanando las posibles conexiones, así como analizando a la figura femenina y cómo ofrece distintas visiones del concepto de performatividad, o dicho de otra manera, la desnaturalización de conceptos como el sexo o elgénero.
Pero habría que plantearse otra pregunta: ¿Qué es el cuerpo? ¿Qué es ser hombre?¿Y qué mujer? Como señala Butler, el cuerpo “no es una identidad en sí o una materialidad meramente fáctica, el cuerpo es una materialidad que, al menos, lleva significado y lo lleva de modo fundamentalmente dramático. Por dramático solo quiero decir que el cuerpo no es mera materia, sino una continua e incesantematerialización de posibilidades” (Butler 45). No es algo estático. Es verdad que la monja Alférez no participa de esas construcciones culturales socialmente estipuladas. Y las reacciones, cuando se ve atacada por transgredirla son diferentes. Cuando la monja Alférez se ve violentada porque no sigue la normal establecida, se vale de la agresión verbal y física y de la constante huida como únicasarmas para su defensa. Por eso Butler para subvertir los conceptos que oprimen al individuo; propone, como opción, la creación de actos performativos en torno a la identidad. Como resultado se crean nuevos significados y rompen con ese sistema binario (hombre vs mujer y heterosexual vs homosexual). Al vestirse de hombre, la monja Alférez desarrolla un rol masculino que le abre las puertas de lalibertad, del honor y de la maniobrabilidad.
Como todo constructo social, éstos no dejan de ser convenciones. Butler señala que no solo el género, el sexo o la sexualidad son resultado de éstas. A través de este texto vemos cómo los conceptos de honor y honra estuvieron marcadamente diferenciados durante el Renacimiento. Gutiérrez en su artículo “Honor and Virtue” afirma que la honra y el honor son “unatributo estrictamente masculino…El hombre puede ganarlos a través de las acciones, pero la mujer no los puede recuperar o ganar: solo los mantiene o los pierde” (Gutiérrez 219). En definitiva, el honor de la mujer residía en la figura masculina: bien en la figura paterna o bien en el marido. Pero ese honor femenino, no radicaba en la figura de la mujer si no que dependía siempre del hombre. Enefecto, la mujer por ella misma no existe, y se le niega la capacidad de poseerlos por sí misma. Y el poseerlo estaba considerado como lo más valioso de la sociedad barroca, siendo un principio de ordenamiento social de primer orden. Y esto era patrimonio del hombre. De esta manera, lo que Butler sugiere es que si lo que genera realidades como el género es el comportamiento y las acciones, basta conapropiarse de dicho comportamiento, con adoptar ciertas actitudes autorizadas socialmente, para lograr ser lo que cada uno desee ser en cada momento (71). Y vemos como en el caso de la monja Alférez, se “apropia” de ese comportamiento masculino y sigue las reglas establecidas que debe de seguir el hombre con el objetivo de gozar de libertad, de acceder al poder y al reconocimiento social....
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