La Revoluci n mexicana en diferentes perspectivas de la historia regional
Luz María Uhthoff López*
Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. *angi@xanum.uam.mx
En el contexto del centenario de la Revolución mexicana, y a la luz de los avances historiográficos recientes, la revista Signos Históricos busca contribuir al examen de este proceso que marcó nuestra historia durante el siglo XX.Muchas y diversas son las interpretaciones que ha merecido este proceso desde sus inicios hasta la actualidad. En los últimos años ha sido especialmente la historiografía regional la que ha permitido comprender la compleja diversidad de movimientos sociales, de liderazgos políticos o de programas e idearios revolucionarios. Esta historiografía nos revela cada vez más una visión multifacética de larevolución al examinar en los diferentes escenarios regionales —como consecuencia de la destrucción de los controles y el dominio del Antiguo Régimen—, las nuevas formas de negociación que emergieron en el contexto revolucionario entre los sectores populares, los nuevos actores políticos y los grupos propietarios. Los artículos aquí reunidos son una pequeña muestra de ese análisis regional y delas distintas perspectivas con las que se puede estudiar el proceso revolucionario.
Este número monográfico inicia con el trabajo de Juan Manuel Romero Gil, quien indaga acerca de los efectos de la revolución en la minería de Sonora —la actividad más dinámica de esta región—. Su análisis esboza el nuevo escenario político y social que se construyó en las zonas mineras durante esos años con laorganización y radicalización de los trabajadores mineros; el cambio de autoridades políticas junto con la presión de las empresas mineras estadounidenses intentaban mantener las condiciones favorables legadas del Porfiriato. El autor destaca, en principio, la importancia de esas zonas en los años de lucha revolucionaria, pues en ellas apareció un creciente nacionalismo; además fueron objeto de unacontinua batalla de los rebeldes por reclutar tanto hombres como recursos. El estudio detalla la trama de relaciones complejas y conflictivas que se fueron tejiendo entre dichos actores, destacando la radicalización y el papel beligerante de los trabajadores que, por medio de sus organizaciones sindicales y huelgas, presionaron para lograr no solo aumentos salariales sino también mejores condicioneslaborales. Por ello, concluye Romero Gil, las acciones y la posición política de los trabajadores lo hacen ver como un movimiento social de resistencia dentro de la revolución.
Por su parte, José Mario Contreras, examina la persistente demanda agraria en Nayarit, y cómo se mantuvo la fuerza política y para-militar de los hacendados, a pesar del nuevo marco legal que favorecía la reforma agraria,por lo que el reparto no se concretó sino hasta la década de 1930; lo cual indica que la obtención de tierras, por parte de las comunidades agrarias, se vio acompañada de un largo y complejo proceso de negociación, combinado con demandas sindicales y electorales. En su ensayo, Contreras resalta las formas que adoptó el agrarismo popular en Nayarit, el origen local de sus líderes y, en general, lacomposición popular del movimiento. Observa, también, las distintas fases que recorrió ese agrarismo: las décadas de 1910, 1920 y 1930. Durante las primeras dos fases sus resultados fueron magros, pues al inicio de 1930 todavía la mayor parte de tierras fértiles se concentraban en 60 grandes propiedades, cuyos dueños eran una decena de familias, nativas y extranjeras. Fue en la última fase, de 1934a 1939, cuando se llevó a cabo la fragmentación de las grandes propiedades así como el desplazamiento del poder de las familias que constituían la oligarquía local. En este reparto, enfatiza el autor, fue fundamental el papel de "los ingenieros de la agraria" —un grupo de jóvenes políticos simpatizantes del agrarismo— pues terminarían por ocupar la escena política que dejaban vacante los...
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