Lalalala
Hablar de la niñez, es hablar del futuro, de lo que esperamos para mañana, y que tiene queconstruirse desde ahora. El gobierno en sus discursos dice una cosa, pero la realidad es otra, por eso es triste e indignante ver que los ojos de los Nicasestán puestos solamente en las “anomalías” del país y en la destrucción de aquellos que, de alguna manera, llegaron a convertirse en emblemas de aquí.
Nadie se fijaen que hay niños huérfanos por ahí, que te ofrecen agua y dulces para poder subsistir; niños que a diario son víctimas de nuestro desprecio y falta decompasión; y la tristeza hace que su “infancia” sea toda una pesadilla. ¿Acaso no nos importa que en los hospitales mueran por falta de atención? ¿O que en los canalesde la televisión ridiculicen su vida y su integridad por un “padre” abusador?
La televisión, esa caja idiota que ha sustituido a los padres, ¡qué triste! En vezde que estén con sus padres hablando, compartiendo sonrisas y experiencias, la “nueva niñera” está educándolos y de alguna manera “compensando” ese enormevacío que estos tienen debido a aquellos que solo dejan al sol y al viento a sus niñitos.
Te invito a reflexionar, a ponerte la mano en el corazón y que lo pocoque nos queda de consciencia haga cambiar nuestra mentalidad. Por eso, si mirás a un niño que te pide, dale de comer. Si te pide limosna, dásela sin crujir tusdientes, porque no sabés en qué momento las cosas pueden cambiar.
Regálales esa sonrisa que la cruel vida les ha borrado de sus rostros con el tiempo…
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