Las guerras floridas
Los aztecas frecuentemente iniciaban guerras (las llamadas guerras floridas) conel intento de capturar prisioneros para usarlos en los sacrificios. Existen múltiples relatos de los conquistadores capturados que fueron sacrificados durante las guerras de la conquista española deMéxico, aunque solamente Bernal Díaz afirmó ser un testigo de ello.
Las guerras floridas (Xochiyaoyotl en náhuatl) fueron la cacería divina del hombre mesoamericano hecha por el dios Sol. Para elhombre prehispánico el sol, al salir en el oriente, mataba con las flechas de sus innumerables rayos de luz a las cuatrocientas estrellas. Vencía a la Noche y se hacía el Día. Era un guerrero celeste,Ilhuicamina, flechador del cielo. Como el águila es el ave suprema cazadora del cielo, ella representa al sol. El águila desciende sobre el nopal, y atrapa en sus garras las tunas florecidas querepresentan al corazón del hombre, el cuauhnochtli, la tuna del águila.
La creencia profunda en la promesa de Huitzilopochtli en la seguridad que, desde las raíces más profundas desde su pasado obscuro, lesdemostraba que los aztecas eran los escogidos, el pueblo a quien el dios había hecho la promesa suprema; era la base de visión del mundo.
En los días de su miseria habían pagado con infinitos doloresla promesa de un futuro glorioso. Durante los días de su triunfo, tenían que seguir soportando el terrible peso de conservar en vida a su dios, al sol. Cada tarde cuando se ocultaba tras las montañasdel oeste, surge la duda terrible: ¿logrará durante la noche vencer a sus enemigos? ¿Podrá luchar contra los tigres y tantos terrores que lo van a atacar? ¿Volverá a nacer el día de mañana? Para...
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