Aprender a hablar, escuchar, leer y escribir, supone el desarrollo de la competencia comunicativa del alumnado que acude a nuestras aulas. Sin embargo, esta finalidad incuestionable, dado que ellenguaje es un instrumento de comunicación y de construcción del conocimiento, no parece suficiente. «La adquisición de competencias para organizar y expresar las ideas y el uso correcto y apropiadodel lenguaje no está necesariamente confinado a la clase de Lengua. En la escuela de hoy se utilizan extensamente los documentos no impresos como recursos didácticos, lo que ha ampliadoconsiderablemente el concepto de alfabetización...» (Greenaway, 1993: 36). Esta matización nos parece significativa después de que puede comprobarse fácilmente cómo los nuevos lenguajes de los medios y lastecnologías influyen en la sociedad y en la imagen del mundo que ésta consolida. En palabras de Vallet (1970: 18), «el lenguaje total es una realidad. El hombre actual, gracias a los medios de comunicación demasas dispone no solamente del lenguaje de las palabras para poder expresarse y comunicarse, sino de otro mucho más rico y mucho más complejo, el lenguaje de las palabras, de los sonidos y de laimagen».
1. El contexto didáctico del mundo global
Es evidente el tremendo impacto que las nuevas tecnologías y los medios de comunicación han provocado en la cultura y en todos los ámbitossociales, con lo cual no es gratuito afirmar que también en el contexto educativo se deje sentir éste. Y no sólo en lo que respecta a las modificaciones que afectan a los medios, materiales yrecursos que se emplean en la enseñanza, sino también los cambios que se generan en la propia conceptualización de lo que es la escuela y los procesos de enseñanza-aprendizaje. «Lo que está sucediendo con lacomunicación y la educación no es sólo un cambio, es un proceso de cambio crítico, cargado de incertidumbres y de interrogantes. Un cambio en el que se ponen en juego valores que hasta entonces...
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