Leyes
La Primera Ley
¿Qué debe enseñarse?, ¿cómo enseñarlo?, ¿quién lo enseña?, ¿están suficientemente preparados los que enseñan? Esto se discute en los cubículos de pedagogos y académicos cuyo debate no se escucha. Por ejemplo, todos parecen estar de acuerdo que para acceder, como país, al tremendo cambio que acontece en el mundo, resumido en lafrase: “transición a la Sociedad del Conocimiento”, el componente científico en la educación básica debe de ser importante; pues el país que no acceda a la “Sociedad del Conocimiento” no tiene futuro. Pero hasta ahora no encontramos como insuflar dicho conocimiento en nuestro sistema educativo. ¿Qué clase de daños sufre una sociedad en la que sus ciudadanos y líderes no toman en cuenta elconocimiento científico?
Pongamos por caso “La Primera Ley”, o “Principio de Conservación” (de la energía, de la carga, de la masa, del momento,…), o “Primera Ley de la Termodinámica”, cuya definición de libro de texto suena aburrida: “La energía no se crea ni se destruye, sino que se conserva, transformándose y fluyendo de un sistema a otro”. Se aprende de memoria. Algunos hacen licenciaturas y realizannumerosos “ejercicios prácticos” donde esta ley se materializa. Pero utilizarla en las decisiones de la vida diaria implica comprender sus alcances, para lo cual, se necesita una buena educación básica.
Dos problemas se presentan en nuestro sistema educativo: para muchos especialistas es difícil hablar de LaPrimera Ley sin ecuaciones. Tampoco pueden hablar de La Primera Ley sin involucrar a LaSegunda Ley. Además, la prolongada desvinculación de los sistemas científico y educativo impide los acercamientos intuitivos. Pero como creo que es necesario dar un ejemplo para entender la necesidad de un acercamiento a la ciencia desde los niveles educativos básicos, así como para la formación de los docentes que enseñen dicho conocimiento, lo intentaré. La única ecuación de todo el texto es esta:energía = trabajo + calor + desperdicio.
Enseguida un ejemplo: Para que un coche (sistema) funcione hay que ponerle combustible (energía) con lo cual podrá echarse a andar (trabajo), lo que calentará el motor (calor) y arrojará monóxido de carbono a la atmosfera (desperdicio). Si sumáramos el calor, el trabajo y el desperdicio, el resultado sería igual a la energía de la gasolina que le pusimos.Por siglos, los ingenieros trataron de construir el “móvil perpetuo” (perpetuum mobile), un motor o maquinaria que una vez echado a andar nunca se para, aunque no se le vuelva a dar energía. Muchos trataron de “descubrir” o “inventar” su mecanismo, casi tantos como los que trataron de encontrar la “piedra filosofal” (tener oro sin trabajar). Desde hace menos de 200 años sabemos que es imposible;gracias a los experimentos realizados por los científicos en los laboratorios. La Primera Ley no se dedujo ni filosófica ni matemáticamente, si no que la humanidad se dio de frente contra la pared, y a base de incontables experimentos llegó a esa conclusión. Aquí damos especialmente las gracias a: Thompson, Mayer, Joule y Thomson (s. XIX), que explicitaron La Ley.
Ampliemos el horizonte:“sistema” puede ser un motor, máquina o aparato, pero también el cuerpo humano, una casa, una empresa, la economía de un país, una cuenca, un nicho ecológico, el planeta,… el universo.
Otro ejemplo: el cuerpo (sistema) necesita de alimentos (energía) para poder funcionar (trabajo), regular su temperatura (calor) y generar desechos. Si nos excedemos en la energía que consumimos el cuerpo sabe como“ahorrarla” en forma de grasa, para usarla en caso de que falte. Pero si el flujo sigue y no la usamos, se generan obesidad, hipertensión y diabetes, pues la energía no se crea ni se destruye si no la usamos.
Sin embargo, hay un comercial en la televisión que anuncia una crema: basta untársela en la panza para bajar de peso, sin ejercicio ni dieta. Tantos anuncios me convencieron de que se vende,...
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