Manos A Través Del Océano
Católicos Y Protestantes Rompen Las Barreras De La Reforma
Por Clifford Goldstein
Si el Papa hubiese ido a los Estados Unidos durante los primeros cien años de la historia americana, una multitud podría haberlo linchado. Sin embargo, en septiembre de 1987, el Papa Juan Pablo II pasó diez días en suelo americano, y las únicas multitudes que enfrentó estabancompuestas mayormente de millones de admiradores. Cualquier odio que los americanos alguna vez tuvieron hacia el papado, ha desaparecido y en su lugar, el Papa es reverenciado ahora, por millones, como el líder moral del mundo.
Para muchos americanos, la visita de Juan Pablo II no ocurrió demasiado pronto. La nación todavía estaba escandalizada por la revelaciones de la venta secreta de armas delgobierno americano a Irán, un país que había promovido algunos de los mas detestables actos terroristas de la década, en contra del pueblo americano. Otra dolorosa herida sobre el alma nacional era el escándalo del espionaje sexual en Moscú, cuando los marinos asignados para proteger la Embajada Americana, en vez de ello, presuntamente, les ofrecieron tours de medianoche a las agentes de la KGB.
EnWall Street, los hombres de negocios embutidos en sus trajes de rayas de 800 dólares, eran rutinariamente detenidos y esposados bajo cargos de tratos internos, manipulación de acciones, tráfico de cocaína y algunas otras combinaciones. En Tulsa, el evangelista Oral Roberts clamaba que Dios lo iba a matar a menos que la gente enviara 8 millones de dólares para su ministerio, mientras en el Este,las noticias sobre las proezas sexuales de Jimmy Baker levantaban ronchas como en su día lo hicieran las de Gary Hart.
Juan Pablo II vino a una nación en desesperada necesidad de ayuda pastoral. Por la venas de este país cruzan 60 mil millones anuales de drogas ilegales, mientras más de 3 millones de adolescentes luchan con una droga legal: el alcohol. Los Estados Unidos tienen la más alta rata dedivorcios del mundo, y solamente en este año, un millón de sus adolescentes resultaran positivas en las pruebas de embarazo. Juan Pablo II vino a una nación embrujada por los fantasmas de millones de niños abortados, una nación donde el suicidio de adolescentes se ha triplicado desde 1954, y donde se abusa de cuatro veces más niños que en 1973. En los diez días que el Papa estuvo allí, 10.000americanos murieron de males relacionados con el alcohol y el tabaco. Y, a pesar de las peticiones del Papa por justicia económica, el 68% del tesoro del país está apresado en las manos del 10% de su población.
Juan Pablo II visitó un pueblo que, a pesar de que profesaba que es libre, está esclavizado en el pecado, un pueblo en necesidad de inspiración moral y espiritual, inspiración quedifícilmente proveen muchos de los principales dirigentes religiosos de América.
Durante la estadía americana del Papa, apartando las usuales letanías de las noticias nocturnas de escándalos, corrupción y guerra, los americanos fueron "bendecidos" con la suave y cálida cara de Juan Pablo II en la pantalla de sus televisores. Los informes sobre tráfico de drogas, terrorismo internacional y crímenes,fueron interpolados por unos pocos días con palabras de moralidad y paz de parte de un hombre que hablaba con poder y autoridad. Los americanos todavía eran capaces de volver a su impureza y violencia, a pesar que durante 10 días al menos, un toque al botón de encendido los enfrentaba cara a cara con una de las mayores fuerzas morales sobre la tierra.
El evangelista protestante Billy Graham, durantela visita del Papa en 1979 dijo: "Ningún otro hombre en el mundo de hoy puede atraer tanta atención sobre los aspectos morales y espirituales como Juan Pablo II. Él está articulando lo que las iglesias Católica y Protestante siempre han sostenido, lo valores morales de los Diez Mandamientos y el Sermón del Monte. El país está respondiendo magníficamente. Ello demuestra que hay una gran hambre...
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