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Panorama general: Más allá del principio de autodestrucción

De acuerdo con Freud, la tendencia a la destructividad es una pulsión básica del ser humano, pues "la meta de toda vida es la muerte".Sin embargo, este postulado carece de bases científicas, por lo que el autor propone que dicha idea es aceptable únicamente desde el punto de vista de la trascendencia, es decir, la autorrealización;buscando así, en realidad, la vida eterna a través de la muerte.
De esta manera el autor ofrece una visión esperanzadora del hombre, viéndolo como un ser capaz de percatarse de su propia existencia,del curso que lleva su vida y tomar conciencia de sus limitaciones y capacidades. Sin embargo, también llama la atención la pregunta acerca de por qué el ser humano se comporta con tanta frecuenciacomo si no lo fuera.
De esta interrogante surgen las propuestas acerca de la existencia de dos clases de obstáculos para la autorrealización. Los primeros son factores condicionantes, los cuales elindividuo no puede controlar, pueden ser de naturaleza física o biológica, estar relacionados con las condiciones socioculturales o hallarse en la historia particular de cada individuo (frustracionessufridas durante los primeros años de vida, sucesos críticos y traumantes, creencias o conductas que hayan sido reforzadas).
La segunda clase de obstáculos son factores decisivos, que dependen de élmismo, sí pueden ser modificados, reducidos e incluso eliminados por el propio sujeto. La mejor manera de explicarlos es a través de las etapas del desarrollo de Erikson, pues en tanto un niño no hayasatisfecho adecuadamente sus necesidades básicas en los periodos críticos del desarrollo, quedará estancado en tales etapas y se convertirán en urgencias inmaduras de afecto, aprobación, autosuficienciae invulnerabilidad, pues el niño que lleva dentro se resistirá a renunciar a todo aquello que necesitó. Aunado a esto, dependiendo del tipo de metas ficticias que tenga, el individuo evitará entrar...