Mis abuelos
Hablar de mis abuelos es hablar de muchas grandes cosas, es hablar de fotos, recuerdos, canciones, que ellos aún conservan en su memoria; pero sobre todo es hablar del gran amorque ellos tienen por la vida.
Desde niño me ha gustado platicar con mis abuelos, escuchar las leyendas de aparecidos y personajes que se esconden en los rincones de nuestro pueblo. Siempre me recuerdosentado bajo el roble del patio escuchando atentamente algún relato de cómo era nuestro pueblo, de las aventuras de mi abuela cuando niña viajando en tren con su mamá, o a mi abuelo y sus historias enla montaña como chiclero.
Sin darme cuenta aprendí a tener respeto por nuestra cultura, nuestras tradiciones y todo nuestro entorno, siempre sentando las bases para hacer de mi lo que he podidollegar a ser y a hacer. Siempre me han inculcado el respeto por nuestras fiestas, nuestros difuntos, y es por eso que los acompaño al cementerio a limpiar los huesos cada año, y luego a su casa ponersu altar y a escuchar el rosario que mi abuela ofrece para nuestros difuntos.
¡Ay mis abuelos! Aún recuerdo sus historias de aluxes y espíritus en nuestros montes. Hoy el tiempo me ha alejado mucho deellos. Siempre hay un pretexto para aplazar mi visita a su casa, encontrando mil quehaceres en la rutina.
Aunque ellos no lo sepan yo los llevo muy presentes y me siento orgulloso de ser maya y quepor mi venas corra la misma sangre de mi abuelo, ese hombre, mestizo en el alma, de poca altura pero de gran corazón, que me veces lo he visto fuerte y altivo, pero también lo he visto llorarevocando sus recuerdos de antaño, sus días en el campo, su vieja carreta, sus pasados sueños y sus pesares, recordando a sus hermanos y a sus padres.
Mi abuela, por su parte, siempre de huipil y conrebozo, con su escoba de guano aún barre su casa con piso de tierra, y que siempre anda por la casa silbando una canción de la revolución o alguna melodía de la que ya no recuerda ni el nombre. Pero...
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