Moises Saenz
DE LA ESCUELA
Justa Ezpeleta y Alfredo Burlan
El alumnado
¿Por qué, en una sociedad democrática, el
primer contacto real del individuo con una
institución formal tiene que ser tan
profundamente antidemocrático?
(Bowles y Gintis, 1976, pp. 250-251)
En el campo de la innovación educativa es
sorprendente cuántas veces el maestro acabadesesperándose, Las innovaciones y sus
conflictos inherentes a menudo acaban siendo
un fin en sí mismos, y los estudiantes quedan
relegados al olvido. Cuando los adultos
piensan en los estudiantes, piensan en ellos
como beneficiarios potenciales del cambio.
Piensan en resultados, habilidades, actitudes y
puestos de trabajo. Raramente piensan en los
estudiantes como participantes de unproceso
de cambio y vida organizativa. Si bien las
investigaciones de los años 80 empezaron a
tener en cuenta al alumnado como
participante activo en su propia educación y
se ha clarificado la dirección que seguir, poco
ha sucedido realmente para ampliar el rol de
los estudiantes en la escuela como
organización.
En este capítulo continúo con el tema principal
de la obra: elcambio educativo es, ante todo,
un fenómeno relacionado con las personas y
para todos y cada uno de los individuos. Los
estudiantes, incluso los más pequeños, son
personas también. Si no les asignamos algún
papel significativo en la obra, la mayor parte
del cambio educativo –y en realidad de la
educación- fracasará. No pido a los lectores
que piensen en el alumnado como el eje
básicode la escuela, sino que reflexionen
sobre la siguiente pregunta: ¿Qué pasaría si
tratáramos a los estudiantes como sujetos
cuya opinión cuenta en la introducción y
aplicación de la reforma en las escuelas?
Poco se ha avanzado, desde la primera edición
de este libro en 1982, en el tratamiento serio
del alumno como miembro de la escuela.
Parece que pudiéramos estar en lasprimeras
fases de un cambio radical fruto de la casual
alianza entre dos raros compañeros: los
científicos cognitivos y los sociólogos.
Para aclarar el razonamiento desde el
principio, los científicos cognitivos argumentan
que la enseñanza tradicional se ha
(Nacional Research
Council [NCR], 1999, p. 25). Enseñar y
aprender para una comprensión en
profundidad (lo que significaque el alumnado
puede aplicar de forma crítica sus
conocimientos para comprender y resolver
nuevos problemas y situaciones) ha pasado a
ser el objetivo de esta nueva y radical
pedagogía (Bransford y otros, 1999; Gardner,
1999).
Al mismo tiempo, pero actuando de forma
completamente independiente, los sociólogos
vienen argumentando desde hace tiempo que
las escuelas reproducenun statu quipo
jerárquico que ahonda las diferencias entre los
alumnos con más posibilidades, de una parte,
y los más desfavorecidos de la otra. La
desigualdad, afirman, está profundamente
arraigada en las estructuras y culturas de la
sociedad y se manifiesta a su vez en los
sistemas escolares (Oakes y otros, 1999).
El nuevo campo en común para los sociólogos
y loscientíficos cognitivos se refiere a la
motivación y las relaciones, es decir, sólo
cuando la educación opera de modo que
conecta relacionalmente a los estudiantes en
una experiencia relevante, participativa y
valiosa se produce un aprendizaje substancial.
El que sólo una pequeña proporción del
alumnado esté implicada en un aprendizaje
así es un indicativo de la gravedad del
problema.Dicho de otro modo, cuanto más se centren
los sistemas de responsabilidad en los
resultados exclusivamente cognitivos, más se
agrandará la brecha entre los estudiantes que
progresan y los que no. Y esto es así porque
el problema principal de los estudiantes
apáticos es que carecen de un vínculo
personal significativo con el profesorado y
otros miembros de la escuela; en otras...
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