Muerte del recien nacido
|materno por aborto o tras nacer. El periodista observa, incrédulo, el método utilizado en la capital del infanticidio: el líquido |
|de «la flor del mal». Ellas son vistas como una carga inasumible|
DAVID JIMÉNEZ. Enviado especial a Salem (India)
En el orfanato Bebés de Cuna llevan nueve días sin ingresos. Mala señal, dice su encargada: si no llegan bebés, ¿qué ha sido de ellos?
Hay muchas formas de matar a una hija en la India, pero las mujeres de Pudhupalayam siempre han utilizado el «beso de la flor del mal». Los campos de esta zona remota del sureño Estado de Tamil Naduestán cubiertos por adelfas que mezclan la belleza de sus colores rosado y blanco con el líquido lechoso y altamente tóxico de su tallo. Bastan unas gotas de su veneno para acabar con la vida del bebé.
Es mediodía y las mujeres de la aldea han dejado sus trabajos en el campo para resguardarse bajo los cocoteros y discutir abiertamente la desaparición de las niñas en el pueblo, las razones de losinfanticidios y las posibles soluciones. No hay falsas pretensiones de inocencia ni excusas. Las madres de Pudhupalayam admiten haber dado el «beso de la flor del mal» a decenas de sus hijas y se preguntan en voz alta qué otra cosa pueden hacer. Durante años han celebrado ceremonias, sacrificado animales y rezado a los dioses para que no les traigan más niñas. «Pero siguen viniendo», protestaPavayee, una campesina de 40 años que fue abandonada por su marido porque ninguno de sus dos primeros hijos fue varón.
Tradiciones centenarias, pobreza y presión social han convertido el distrito indio de Salem en el lugar del mundo donde una niña tiene menos posibilidades de llegar a cumplir los cinco años. Las autoridades locales aseguran que al menos un 60% de las hijas son abortadas antes denacer o asesinadas en sus primeros tres días de vida. El problema se extiende a toda la India y ha sido declarado una emergencia nacional después de que se hayan publicado estadísticas que aseguran que el país tiene un déficit de 50 millones de niñas y mujeres, según datos de UNICEF.
La llegada de una hija es recibida en la capital del infanticidio con el pesimismo de un monzón sin lluvias o lamuerte del ser más querido. Para los lugareños no hay duda de que las mujeres ponen en peligro el futuro familiar: la discriminación que sufren les impide heredar propiedades, no pueden trabajar el campo como los hombres y, cuando llega el momento de casarlas, sus padres deben pagar dotes que les obligan a endeudarse de por vida. Un cartel a la entrada de un pueblo de Salem resume hasta qué punto estáarraigada la idea de que las niñas son una carga. «Paga 500 rupias ahora y ahórrate 50.000 después», se lee en el mensaje que alienta a las familias a abortar y evitar así tener que hacer frente a la dote en el futuro.
G. George, director de Community Services Trust, una de las pocas ONG que luchan contra el infanticidio en esta zona del sur de la India, asegura que la preferencia por el varónha ido imponiéndose con el tiempo hasta convertir en cotidiano lo que en cualquier otro sitio sería moralmente inaceptable. «Esta zona vivió siglos de invasiones y guerras. Sus comunidades necesitaban hombres para formar sus ejércitos y defenderse. La llegada de una mujer era vista como un soldado menos», dice G. George señalando el origen histórico del problema.
El veterano activista cuenta cómomeses atrás reunió a todos los habitantes de una aldea y organizó una ceremonia hindú en la que las familias debían comprometerse a no matar a sus hijas. Se pidió a un centenar de futuras madres que dieran un paso al frente si estaban dispuestas a sellar la promesa de dejar vivir a la próxima niña que tuvieran. La mayoría se quedaron sentadas.
Punida, dos años, se ha salvado de la flor de la...
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