Nacionalizacion de Techin
Juan Carlos de Grandi
Me pregunto ante la noticia: por qué impulso ideológico
deberíamos dejarnos arrastrar para sancionar por un sí o
por un no lanacionalización de empresas argentinas en
Venezuela. Por supuesto, esto, desde lo político
ideológico. Desde la diplomacia formal no hay más que
bajar la cabeza ante la soberanía de los pueblos. Pero,analicemos el asunto. Por un lado esas empresas
representan, al menos en parte, la cristalización de
plusvalía del trabajo argentino exportado y gestionado
internacionalmente, esto es lo queafirmaría el marxista de
cualquier vertiente, o, más llanamente, del genio y del
trabajo argentinos, según podría decirse desde el costado
del Movimiento Nacional y Popular, también desde suvariadísima multiplicidad de formas. En ese sentido, por
coherencia ideológica tanto quienes aquí adentro reclaman
pertenecer al movimiento progresista de inspiración
marxista o al nacional y popular,deberían plantarse
firmemente ante el Comandante Hugo Chávez o en todo
caso persuadirlo de que apoderarse del fruto de la
explotación capitalista del trabajador argentino, constituye
para la vertiente delprogresismo marxista o pseudo
marxista, una doble explotación, en tanto que para
movimiento nacional y popular no será ni más ni menos
que un atentado taimado y certero agravado por el vínculo
alproyecto de ahijamiento de la tan deseada e
imprescindible burguesía nacional. En este último caso
habría coherencia ideológica en el primero, sin embargo,
se entraría en una sería contradiccióncon el sentido
profundo del internacionalismo proletario del primogénito y
prístino Socialismo fundacional del siglo XIX. ¡Proletarios
del mundo uníos!, proclamaron esperanzados Marx y
Engels en elManifiesto. Sin embargo, es verdad que
Chávez habla del Socialismo del Siglo XXI, esto complejiza
el análisis (lo oscurece) y descoloca al más pintado. Agrega
más perplejidad aún la posible...
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