orden mundial
Durante el siglo XX, la lista de las grandes potencias del mundo fue previsiblemente corta: Estados Unidos, la Unión Soviética, Japón y Europa noroccidental. El siglo XXI será diferente. China e India están emergiendo como pesos completos en lo económico y lo político. China tiene más de un billón de dólares en reservas de divisa fuerte, el sector de alta tecnología de Indiaestá creciendo a pasos agigantados, y ambos países, ya reconocidos como potencias nucleares, están produciendo flotas navales. El Consejo de Inteligencia Nacional, un grupo de especialistas del gobierno estadounidense, prevé que para 2025 China e India serán la segunda y cuarta economías más grandes del mundo, respectivamente. Tal crecimiento está dando paso a una era multipolar en la políticamundial.
Este desplazamiento tectónico planteará un desafío a las instituciones globales dominadas por Estados Unidos que han existido desde la década de 1940. A instancias de Washington, estos regímenes multilaterales han promovido la liberalización comercial, los mercados de capital abierto y la no proliferación nuclear, asegurando una paz y una prosperidad relativas por seis décadas, así comoincalculables beneficios para Estados Unidos. Pero, a menos que las potencias ascendentes como China e India se incorporen a esta estructura, el futuro de estos regímenes internacionales será incómodamente incierto.
Dado su desempeño en los últimos seis años, uno no esperaría que la administración Bush maneje este desafío demasiado bien. Después de todo, sus impulsos unilateralistas, expuestosvívidamente en la guerra de Irak, se han convertido en un pararrayos para las críticas de su política exterior. Pero la controversia sobre Irak ha opacado un componente más pragmático y multilateral de la gran estrategia de la administración Bush: el intento de Washington de dar una nueva configuración a la política exterior estadounidense y las instituciones internacionales a fin de ajustarse a losvirajes en la distribución global del poder. El gobierno de Bush ha estado reasignando los recursos de la rama ejecutiva para concentrarse en las potencias ascendentes. En un intento de asegurar que estos países acojan los principios centrales del orden mundial creado por Estados Unidos, Washington ha tratado de reforzar sus perfiles en foros que van del Fondo Monetario Internacional (FMI) a laOrganización Mundial de la Salud, en temas tan diversos como la proliferación nuclear, las relaciones monetarias y el medio ambiente. Como tales esfuerzos se han enfocado más en la llamada baja política que en la guerra global contra el terrorismo, han quedado bajo el escrutinio de muchos observadores. Pero en realidad, George W. Bush ha resucitado el llamado de George H.W. Bush a un "nuevo ordenmundial", creando, en efecto, un nuevo orden mundial nuevo.
Este esfuerzo no anunciado es bien intencionado y bien aconsejado. Sin embargo, choca contra dos obstáculos de importancia. El primero es que respaldar a los países que ascienden significa retirar el respaldo a los que decaen. En consecuencia, algunos miembros de la Unión Europea (UE) se han mostrado menos que entusiasmados por algunosaspectos de la estrategia de Estados Unidos. Desde luego, la UE ha hecho sus propios ajustes bilaterales y ha estado feliz de cooperar con países emergentes en respuesta al unilateralismo estadounidense. Pero los estados europeos han estado menos dispuestos a reducir su sobrerrepresentación en las instituciones multilaterales. El segundo problema, que es creación de la propia administración Bush,deriva de la reputación de Washington de inclinarse al unilateralismo. Debido a que se percibe que el gobierno estadounidense ha recortado muchas estructuras globales para una forma de gobierno en años recientes, cualquier esfuerzo que haga esta administración de volver a escribir las reglas del juego global es visto de nuevo como otro intento de Washington de eludir las restricciones del derecho...
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