Poema
la luz con las cortinas, y cegar luego
las rendijas que tienen las persianas;
por refugiarse en la mazmorra
de párpados caídos
con los ojos , como chicles,postrados en el suelo.
Por alejarse de los otros,
sus olores, sus miedos y nostalgias,
sus pequeños delirios o alegrías…
Debido a este presidio voluntario,
mortificante y autoimpuesto,
aeste enclaustramiento obligatorio,
surge la compulsión irrefrenable
de pedir sal a todas horas
y libertar al grano encarcelado
en su jaula de cristal.
Y sufre cuando alguno se bloquea,
sedetiene, no encuentra la salida,
desenroscando el frasco
con pasmosa habilidad.
“Sal”, dice el hipertenso.
“Escápate de tu prisión”.
Y sonríe al abrir la verja de la tapa del salero.Luego disfruta del filete o la lechuga,
no por el sabor: es por la huida.
Mientras él continúa sin salir.
España de zambomba y pandereta,
de la charanga, el pícaro, el sainete,de la mofa, la burla y el escarnio,
del sol y de los toros,
del es que había bebido,
del yo es que no sabía,
del bulo, de la puñalá trapera,
de envidias, desenfreno y pelotazo,
de lacultura del mínimo esfuerzo
y el rechazo ancestral al estudioso
—lo culto derivó hacia el culturismo.
España radical y desmembrada
como una bicicleta
víctima de saqueo
rendida al piede una farola,
encadenada, igual que un fusilado;
y solo el cuadro queda.
España con un río
con doble filo en sus orillas
que taja tu semblante en dos fragmentos
como cara de gangster,el pecho de una víctima de infarto
—o incluso puede que tú misma.
Punta de flecha de la vieja Europa
a punto de clavarse en la cabeza de Marruecos
por la que África, despacio, sedesangra:
se estrellan en tus costas
las gotas persistentes de los muertos
con los pulmones encharcados
que limpias con denuedo de tus playas
para que no se ensucie
los pies
algún
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