Por Guillermo Vega Zaragoza
Todos los escritores parecen tener su propia teoría del cuento. Como quien dice: cada cual tiene su propia forma de matar las pulgas. Y el truco está en matar la mayor cantidad de ellas, de la manera más original.
Para transmitir esas teorías, algunos escritores recurren a las metáforas. Quizá las más famosas sean las que aportó Julio Cortázar, quien dijo queel cuento es como una pelea de box en la que el escritor le gana al lector por nocaut, mientras que la novela se gana por puntos, es decir, si se logra que el lector llegue al final del libro.
Recordemos que Cortázar tradujo los cuentos completos de Edgar Allan Poe y que algo tuvo que aprenderle al maestro de Boston, quien acuñó la famosa teoría de la “unidad de impresión”, es decir, en la quetodos los elementos del texto deben estar al servicio del final sorpresivo del cuento, en el que el lector debe quedar maravillado, sorprendido o aterrorizado. Esta es la forma del cuento tradicional que todavía utilizamos cotidianamente, por ejemplo, para contar un chiste.
Sin embargo, años después de que estas ideas se volvieran moneda corriente, al otro lado del mundo, en Rusia, un señorllamado Anton Chéjov parecía querer llevarle la contraria. Chéjov escribía muchos cuentos, porque tenía que comer y no sabía hacer otra cosa. Los publicaba en el periódico y por eso tenía que ceñirse a un espacio reducido. Pero resulta que en sus historias aparentemente no sucede nada. Nada de sorpresas, nada de terror, nada de chistes. Sin embargo, uno termina de leerlos y se queda con unasensación semejante a la que se debe tener cuando te abren el estómago de una cuchillada y te estás desangrando, pero sin que sientas el mínimo dolor, apenas un airecito, como un escalofrío.
Sin embargo también coincidía con Poe en el sentido de que todos los elementos que se mencionen en el cuento deben tener una utilidad. Por ejemplo, si en el primer párrafo se menciona que hay un clavo en la pared,al final ese clavo debe servir para que el protagonista cuelgue en él la cuerda con la que se va a ahorcar.
Años después, otra vez en Estados Unidos, Ernest Hemingway explicaría mejor la sensación que provoca una técnica como la de Chéjov. Decía que el cuento es como un iceberg, en cuya punta apenas se muestra un veinte por ciento de la historia, mientras el restante ochenta por cientopermanece escondido bajo la superficie, pero es el que en realidad sostiene todo el cuento.
Pero volviendo a Cortázar, el argentino también decía que el cuento es a la fotografía lo que la novela es al cine. Es decir, el cuento apresa apenas un instante, una rebanada de realidad, mientras que la novela se desarrolla en el tiempo y puede incluir muchísimas cosas, crecer y crecer hasta tratar deabarcar toda la realidad, y si no que le pregunten a James Joyce.
De esta forma, el cuento se desarrolla en profundidad, mientras que la novela lo hace en extensión. El cuento es como sumergirse en una fosa profunda sin tanque de oxígeno. Si quieres escribir cuento tienes que prepararte para aguantar la respiración, sumergirte y ver la mayor cantidad posible de cosas en el fondo de la fosa, volver ala superficie y contar lo que viste. Escribir novela es como bucear con tanque, donde el chiste es ver la mayor cantidad de cosas y registrarlas para crear o recrear un mundo, con sus propias reglas. Escribir cuento es como correr los cien metros planos, mientras que la novela es un maratón. Muchos creen que si escriben cuentos se están preparando para hacer novela, pero las preparaciones no sonlas mismas. Cuando alguien confesaba que estaba escribiendo una novela, Augusto Monterroso le propinaba un: “¡Ah, entonces se está preparando para escribir cuento!”
La primera versión de un cuento debe escribirse de una sola sentada y no en varias sesiones, a fin de captar y registrar de una sola vez todo el tono y el ambiente de la historia, los personajes y la estructura. La novela, por...
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